¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Pelotas, no; balas, sí
El Pingurucho
Estos más de tres meses desde la toma de posesión de Mar Vázquez como alcaldesa han sido decepcionantes. No observamos nada que marque la impronta de lo que va a ser su mandato. Más bien al contrario. Hemos asistido a situaciones bochornosas, fruto de errores que, dada su experiencia, son imperdonables, porque que no es nueva en el Ayuntamiento, ya que lleva más de 15 años como concejala y fue teniente de alcalde en las dos corporaciones anteriores.
Lo más sonado ha sido la Feria, el gran escaparate de nuestra ciudad, el evento cultural, turístico y festivo más importante de Almería, por su influencia económica. Hemos visto a la alcaldesa y a sus concejales más preocupados por su imagen en las redes sociales -con fotos y vídeos de cómo se visten y maquillan- que en responder a las expectativas de los almerienses, de los hosteleros y comerciantes, especialmente del centro de la ciudad.
El episodio de los clavos en la playa de La Térmica, que obligó a suspender algunos partidos del Campeonato de España de Balonmano Playa porque las jugadoras se lesionaron con ellos, llevó Almería a todos los periódicos deportivos nacionales por una doble negligencia: no dejar las playas en perfecto estado tras San Juan y no reforzar la limpieza previamente en la zona donde se iba a celebrar el evento deportivo.
Un verano más, el centro de Almería ha estado sin toldos porque los concejales del PP no han sido capaces de desbloquear el expediente, no han conseguido dar solución al caos de tráfico que soportan los vecinos del Casco Histórico por las obras en el entorno del Hospital Provincial y, en todo el verano, no han tenido tiempo de poner a punto los colegios para el inicio del curso, como es su obligación.
Han llegado tarde a la restauración del Paseo Marítimo de El Toyo, que se aprobó en agosto; a la reparación de la escollera de La Fabriquilla; y todavía en agosto estaban las casetas de socorristas sin adecentar y las pasarelas para las personas con movilidad reducida sin colocar.
Y lo más grave, aún no se ha elaborado el decreto que establece la estructura organizativa del Ayuntamiento, de modo que hay funcionarios que no saben a qué área pertenecen y buena parte de la actividad del Ayuntamiento está paralizada. En definitiva, en estos cien días no hemos visto nada que nos augure que un nuevo gobierno del PP en Almería vaya a traer nada positivo a nuestra ciudad en los próximos cuatro años.
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