Al cumplirse un año de la caída de Pablo Casado, salen a relucir unos floridos mensajes. Me refiero al sainete protagonizado por dirigentes del PP, que empezó con el negocio de las mascarillas de un hermano de Díaz Ayuso y terminó con la caída de Casado. La historia no tiene desperdicio. Se abre el telón y aparece un anónimo en la sede del PP denunciando un pelotazo del hermano de Díaz Ayuso que se embolsó 234.000 euros haciendo de intermediario de la empresa de un colega, que vendió a la Consejería de Sanidad mascarillas por un millón y medio de euros. Alguna mano negra lo pone en conocimiento de Pablo Casado que últimamente se muestra receloso con el poder que está acumulando su antigua amiga y compañera, hoy presidenta de la Comunidad de Madrid. Con la autoridad que le confiere ser presidente del PP provecha la ocasión para arremeter contra Díaz Ayuso y sale a escena haciendo el siguiente comentario en una emisora amiga: "La cuestión es si cuando morían 700 personas al día se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros". Poco tardan sus fieles seguidores en intervenir aplaudiendo sus palabras denunciando comportamientos sospechosos de corrupción en el seno del partido. "Gran entrevista, con claridad, seriedad y verdad", clama Cuca Gamarra entusiasmada. "Pablo, siempre ganas cuando además de con la razón hablas con el corazón" recita Javier Maroto con fervor. "Sincero y honesto" celebra Belén Hoyo. Y remata Elvira Rodríguez: "El presiente ha estado estupendo y muy clarito. Ese es el camino". Aplausos, se cierra el telón y termina el primer acto. Una voz en off irrumpe en el descanso: "No podía imaginar que la dirección de mi partido pudiera ser tan cruel". Son las palabras amenazantes de Díaz Ayuso, agraviada de haber sido víctima de un espionaje. Segundo acto, se abre el telón, aparece en escena Pablo Casado con gesto de haber perdido la batalla y abandona cabizbajo el parlamento. Cuca Gamarra, Javier Maroto, Belén Hoyo y Elvira Rodríguez se atornillan al escaño mirando a las estrellas. Llueven preguntas de los distintos medios y se atropellan las contestaciones. "Hicimos los que teníamos que hacer", Contesta cuca Gamarra. "Las puertas están abiertas para Pablo Casado y para cualquier otro militante", interviene Borja Samper. "La política es así de dura y Casado tiene mala imagen", se oye decir a una voz anónima. En Génova canta un coro de gente de bien "Casado no suma" y se cierra el telón.

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