Un Congreso con pinganillo

24 de agosto 2023 - 00:15

No entiendo las sorpresas y las manos a la cabeza de algunos diputados con lo que dijo la nueva presidenta del Congreso, Francina Amerngol. Hablo del uso de las lenguas como el gallego, euskera o catalán en la Cámara Baja. No hay de qué alarmarse, es normal y hay que razonarlo así y más si son cooficiales. Lo que ha pasado aquí es que la expresidenta balear ha querido tirarse el pisto para contentar a sus nuevos socios, como Puigdemont, y no sabe que esto ya se propuso y en el Senado se puso en marcha en el 2005. Si estas son las exigencias de los nuevos colegas de Sánchez, pues encantados, pero que no vengan a dar ahora lecciones de usar lenguas porque se ha intentado hacer y han visto que es inviable por muchas cuestiones. Una, la principal, es el lío que puede haber entre un gallego y un catalán a la hora de interpelarse en el pleno, pero ese no es el problema si no el coste sobrepasado de las traducciones simultáneas. Oigan, no me importa ver un Congreso con diputados con pinganillos como pasa en Bruselas. Hay que razonar que las lenguas son las que son y enriquecen nuestra sociedad, pero utilizar el uso del catalán o el euskera como arma política y ‘hacerse el guay’ para que los de al lado estén subiendo como locos el volumen de la traducción por que no se enteran y así reírse del rival no es muy limpio. A esto llevaría todo lo propuesto. Miren, el propio Joan Manuel Serrat a veces ha explicado, en algunas entrevistas, una situación que a veces le ha ocurrido. Al cantautor siempre los nacionalistas le han dado cera por no hablar en catalán y los nacionales por hablarlo, él siempre dice que el uso de sus dos lenguas es una mera forma de expresarse y entenderse con sus gentes sin necesidad de un uso para rivalizar con el que no lo entiende. Usemos las lenguas para enriquecernos, pero no lo llevemos a las escuelas como uso y crispación de independentistas que reniegan, sintiéndolo mucho, de una lengua tan importante como el castellano. Nos esperan muchas chorradas en la nueva legislatura, sobre todo de enfrentar culturas y de afirmar que el extremeño es el facha y el catalán es el progre por ser bilingüe. Lo triste de todo esto es que lo hará gente que nos representa en las instituciones y que tiene que dar ejemplo a la sociedad. Como digo muchas veces el concepto de lo “políticamente correcto” se desvanece.

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