El medio y el ambiente

Consejos en metálico, los oros cuando yo los pida

Por lo pronto, no sé si dejar el título del escrito o cambiarlo, porque parece el de una epístola, pero ni es mi intención que lo sea, ni va dirigido a nadie en concreto. Los únicos que podrían darse por aludidos serían los pedagogos y los psicopedagogos, pero ni siquiera estoy pensando en ellos.

Vamos al grano! Ayer (sábado 11) leí unos artículos sobre el Día de la Mujer "y la Niña" en la Ciencia, firmados por docentes universitarios de distintas especialidades. Lo primero que me llamó la atención, y por eso lo he entrecomillado es que hagan distinción entre mujeres y niñas, ¿es que son sexos distintos? Con un poco de paciencia, una niña suele convertirse en mujer.

Pero lo que en realidad me llamó más la atención es por qué desde hace unos años hay tanta preocupación, rayando la obsesión, con el hecho de que según esos cuasi obsesos hay pocas mujeres en Ciencia. No paran de recomendar a las estudiantes de Bachillerato que se matriculen en Ciencia o en Tecnología.

Cuando entré en la Universidad de Granada, curso 69/70, hasta nombrábamos Facultades con "apodos" tales, que si los escribo hoy aquí, tiene que llevarme tabaco el Director de estas páginas al "Mesón La Reja", pues el único que lo podría conseguir es don Vicente Fernández C. R. que, desgraciadamente, no vive. Pero entonces no pasaba nada. ¡Qué dañinos y qué cafres éramos! Pues no. En Químicas y en Matemáticas que era donde yo me movía más, "de pocas, nada". En Geológicas, pocas. Pero es que varones, también había pocos.

En Farmacia, mayoría absoluta de mujeres. En Derecho y en Filosofía, así, así. Así que siempre ha habido mujeres donde han querido estudiar. Y nunca hubo ningún problema. Dicho todo lo anterior, llegamos a lo que para mí, constituye "el meollo de la cuestión". En los colegios y en los institutos nosotros no teníamos ni psicólogos ni psicopedagos, pero éramos felices. Y, en segundo lugar, pienso que esos profesionales, lo que deben hacer es decirla al alumno qué cualidades tiene y dónde las puede utilizar bien; pero nunca decirle lo que debe estudiar en función del sexo, ya que decirle a una alumna que hay pocas mujeres en determinada especialidad, y que como ella tiene dotes para estudiarla, que la curse: ¡error! Cuando se estudia una carrera es porque te gusta el contenido, no por el Título que te van a dar, ya que lo que aprendes es la base para ser: 1º, feliz; y 2º, tener base suficiente para aprender a ser un profesional.

Y para finalizar, lo más importante: la Universidad es una "mijilla" más que aprender una profesión.

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