Cordero de fiesta

17 de junio 2024 - 00:00

Aprovechando que en estos días se celebra la fiesta musulmana del cordero nos llegamos a Aljaima por si pillábamos algo especial. Hubo suerte. Mostafa Jazouli nos preparó un par de especialidades propias de la celebración. El plato fuerte fue un tayin que se prepara cociendo primero el cordero al vapor y luego guisándolo en una suave salsa a base de azafrán; lo acompañó con zanahorias y judías verdes, también al vapor. Un conjunto fino y muy gustoso. El cordero, que no es lechal precisamente, está guisado en un punto que permite comerlo sin cuchillo, sin dejar de estar sumamente jugosa la carne. Es decir, con una textura parecida a la del famoso “meshwi” (mechuí en grafía española), que se hace a distancia de las brasas durante varias horas; pero queda, ya digo, igual de tierno y jugoso. Terminamos la comida con un curioso postre llamado “Seffa” que consiste en una base de cuscús, una capa de calabaza caramelizada, rematado con canela, almendras y miel. Aparte de estos dos platos nos ofreció unas albondiguillas de ternera hechas según una receta del siglo XII reinterpretada por él. Como entrantes, tomamos su famoso humus, delicado, jugoso, incomparable con cualquiera que haya probado por aquí, y una ensalada de verduras asadas marca de la casa. Con unas copas de Protos, cervezas y el clásico te con hierbabuena salimos a treinta euros por cabeza. Excelente relación calidad-precio.

Como ya dije hace unos cuantos lunes Aljaima está en venta, así que aprovechen estos días para intentar que “Musti” les prepare algunos de estos platos especiales de fiesta. De todas formas, su carta es completa y variada, con una calidad media muy apreciable. El sitio, una vieja casa almeriense restaurada y decorada al estilo marroquí, el rumor del agua del pilarillo de piedra y la luz tamizada por las cristaleras de colores conforman siempre una experiencia grata. La restauración, por cierto, la hizo el propio Mostafa, hombre habilidoso, además de ilustrado y políglota. Esa decoración especial y el amplio tamaño del local quizá hagan menos fácil la venta de Aljaima. Pero, bueno, así tenemos más tiempo para disfrutarlo. Y él es joven, no creo que tenga prisa, por mucho que diga que se quiere ir a un cortijo. No veo yo el aliciente del campo, claro que es que soy un forofo del asfalto y las barras de los bares.

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