Deshumanización de lo humano

La deshumanización es un río que fluye y que dejar de ser el mismo al instante. Por eso no podemos bañarnos dos veces en el mismo río

Parece que ya hemos damos por hecho que el momento donde habitamos, el contemporáneo, es el poshumanista. Y con eso caemos en la costumbre de catalogar nuestro presente como un momento post, expresión muy puesta en auge que se ha convertido en el modismo más usado ahora mismo porque se lo ponemos ya a todo. Pero poshumanista es un término un tanto erróneo. No hay una poshumanidad porque eso implicaría que la anterior se habría extinguido y habría surgido una nueva. Mas bien pretende significar que el concepto de lo humano, uno que viene del humanismo renacentista y que todavía está en vigor, entra en crisis y abre las puertas a la redefinición. Por eso debería haberse denominado crisis del humanismo y no poshumanismo. El caso es que para mí la palabra más idónea para definirnos es deshumanización. Si estamos redefiniéndonos la primera premisa es la aceptación de que ya no somos igual de humanos que antes y por lo tanto estamos un poco deshumanizados. Eso nos llevará a otra clase de humanidad sin duda, una aún no inventada, pero a la que llegaremos después de deconstruir la actual. Esa deconstrucción para mi es una deshumanización. Y lo es porque la esencia de lo humano se está perdiendo: valores, afectividad, rigor. Por decirlo de alguna manera lo humano era una construcción cultural que ensalzaba lo humano. Esa construcción se disipa lentamente deshaciendo lo hecho: una idea virtualista que hacía del ser humano algo loable, admirable, perfecto. En contra la desvirtualización de los valores nos lleva la versión opuesta: las personas han dejado de ser incuestionables como idea a ser seres contradictorios cuestionables de forma constante y alejados de esa idea incuestionable de lo humano. Por eso, a este proceso imparable, a mi me parece más correcto llamarlo deshumanización. En efecto estamos perdiendo nuestras características humanas y estamos adquiriendo otras que antes no teníamos. Y esto se puede contrastar no solo a nivel social, psicológico, sino también en el plano morfogenético. Ya lo dijo Heráclito hace mucho tiempo, adelantándose a la termodinámica: "Todo fluye, nada permanece". El cambio no es un aspecto de la vida sino la vida misma. Eso significa que la deshumanización es algo inevitable que tenemos que aceptar. Como él dijo no podemos bañarnos dos veces en el mismo rio, ya que el rio fluye y no es el mismo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios