Resistiendo

Andrés García Ibáñez

Ecomuseos

27 de agosto 2009 - 01:00

DENTRO de los planes para articular nuevas medidas de desarrollo sostenible, especialmente en zonas rurales y de interior, se contempla de forma prioritaria la puesta en valor del patrimonio in situ, sea arqueológico, histórico, artístico, etnográfico, arquitectónico o paisajístico, como motor para la creación de un nuevo turismo que, en teoría, valora aspectos como la ecología, el medio ambiente y la autenticidad de los elementos autóctonos.

Los postulados de la nueva museología, surgida a finales de los sesenta en Francia, serán fundamentales para el desarrollo de estos conceptos, pues la atención primordial del "museo" ya no va dirigida a la pieza ni al edificio, sino a la comunidad en la que se asienta y su educación, valorando especialmente la conservación del patrimonio local. En este sentido, el "ecomuseo" es la base de esta ideología, institución creada por la propia comunidad para encontrarse con su pasado, presente y cultura propios, en una dimensión espacio-temporal que pretende analizar la evolución del territorio y servir como medio de crecimiento económico y social. En los ochenta proliferaron por toda Europa estas tipologías, demostrándose, en la práctica, cuanto había de idealización en su corpus teórico; a la postre se convertían en recreaciones romántico-evocadoras para el consumo de un turismo que buscaba lo mítico o anecdótico. También fracasaron por la escasa financiación para sus programas o la falta de investigación científica de calado.

A España llegaron mucho más tarde, con análogos resultados. Han sobrevivido muy pocos e, incluso, se han creado recientemente otros que, como el de Terque, responden a un modelo moderado y adaptado a la realidad del lugar y sus aspiraciones turísticas, pero con las mismas carencias de siempre, no ya derivadas de su condición de ecomuseo, sino de museo "local" desamparado por la administración autonómica y otros mecenazgos de carácter privado. Esto imposibilita el crecimiento de estas instituciones museísticas en aras de mejorar sus instalaciones y la cualificación del personal que las asiste, y por extensión, repercute en la calidad que prestan al público y la indispensable difusión de sus objetivos socioculturales.

También se encuentran con la progresiva pérdida de interés que despiertan entre un público turista que prefiere tematizaciones divertidas para consumir en familia sus ratos de ocio. Ello explica que el turismo provincial se dirija sistemáticamente -cuando se ha saturado del baño- al parque temático del Western en Tabernas o al zoo que lo complementa.Como solución intermedia sin futuro, la administración autonómica tematiza sus instituciones y el territorio junto a yacimientos arqueológicos, creando Centros de interpretación; sirvan de ejemplo el museo de Almería y el conjunto de los Millares.

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