España se levantó republicana

A las tres de la tarde de aquel 14 de abril se izó en Madrid la primera bandera republicana

A NTEAYER, 14 de abril, se cumplían 89 años de la II República. La misma que se había acostado la noche anterior monárquica se despertaba republicana. Los españoles acogen con entusiasmo el nacimiento del nuevo régimen, puesto que supone el comienzo de un proceso reformista que permitirá recuperar la modernidad perdida años atrás. La confiada ilusión con que da sus primeros pasos el segundo intento republicano -después de la de 1873- hace pensar a muchos que esta vez si es posible, pues el camino, se quiere creer, está listo para levantar un nuevo Estado democrático, moderno, laico, descentralizado y abierto a profundas y necesarias reformas sociales.

Después de que hayan pasado casi nueve décadas de aquel abril de 1931, la II República no dejó indiferente a nadie, como si se tratara de un episodio de lo más reciente de nuestra historia. A unos les produce nostalgia y confían en que algún día vuelva a ondear la bandera tricolor, aquella misma que un día estaba bordando Mariana Pineda a la que ajusticiaron y torturaron por ser republicana en Granada; a otros recelo e incluso temor. Pero nadie queda impasible porque cuando pensamos en lo que sucede desde el momento en que Alfonso XIII abandona el país no podemos evitar recordar la incivil guerra española, aunque la II República sea mucho más que un antecedente del conflicto fraticida de 1936.

A las tres de la tarde de aquel 14 de abril se izó en Madrid la primera bandera republicana, que tremoló sobre el Palacio de Comunicaciones. Esta bandera produjo un movimiento general de curiosidad que se convirtió en un estallido de entusiasmo al conocerse que representaba realmente lo que simbolizaba, o sea, la toma del poder por parte del Gobierno provisional. En cuanto esto se hizo público, Madrid entera corrió a esconder todos los símbolos monárquicos.

No hay que olvidar, y es parte de nuestra historia que, el balance de la II República es negativo en alto grado. Durante el periodo republicano (1931-1936), hubo dos presidentes, doce gobiernos, desórdenes públicos generalizados, asesinatos, huelgas… Fue, como dijo sabiamente el entonces presidente de la República Manuel Azaña, un auténtico caos. Es justo reconocer que la Monarquía, antes con el rey Juan Carlos I, y ahora, con Felipe VI a la cabeza, tiene un alto nivel político y social, que sin duda son una garantía para el régimen democrático y en definitiva, para España.

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