Si le damos un repaso al comportamiento de la derecha en la presente legislatura, podríamos decir que no se han roto la cabeza cada vez que han tenido que votar cualquiera de las leyes que se han sometido a su aprobación en el congreso de los diputados. Empiezo por señalar que cuando me refiero a la derecha incluyo a los tres partidos de la Plaza de Colón que, en sus intervenciones parlamentarias, no se apreciaba ninguna diferencia. Su oposición nunca se ha basado en el contenido de cualquiera de las leyes que se presentaban después de un laborioso estudio, sino en reprobar que dichas leyes fuesen apoyadas por determinados partidos políticos con los que el Gobierno de Pedro Sánchez no podía compartir su aprobación porque, según ellos, votando con esos compañeros de viaje se rompía España. Desde el primer día establecieron una estrategia basada en el peligro que corría España si cada vez que el gobierno presentaba un proyecto de ley contaba con el apoyo de Esquerra Republicana, BILDU y comunistas bolivarianos. Hasta el PNV era un compañero peligroso. Incluso la palabra filoetarra ha sido pronunciada más de una vez en el parlamento rememorando a la desaparecida banda terrorista, para oponerse a una ley que nada tenía que ver con el término utilizado. Afortunadamente la derecha no ha contado con mayoría suficiente para tirar por tierra las iniciativas de un gobierno de coalición que, superando las dificultades de una pandemia mundial, una guerra en Europa y la erupción de un volcán, ha conseguido no perder ninguna votación aprobando 101 leyes y 91 decreto. Entre otras, cabría destacar la ley de reforma laboral que, en contra de los vaticinios de la derecha, desde su puesta en vigor se ha incrementado el empleo y ha mejorado la situación de los trabajadores que han obtenido un contrato indefinido. El salario mínimo interprofesional se ha incrementado en porcentajes como nunca se había hecho. Y a las pensiones se les han aplicado una subida del 8,5%. A su vez, cabe destacar que se han aprobado tres Presupuestos Generales del Estado, cada vez con mayor gasto social, con el voto en contra de la derecha, pero habiendo conseguido en el último año de la legislatura más apoyos de los que consiguió Pedro Sánchez en su investidura. Con el apoyo de BILDU, Esquerra Republicana, y los comunistas bolivarianos cuya estampa aparece en los delirios de la derecha, muchos españoles han visto mejorada su suerte y España no se ha roto.

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