Por una Europa con alma

La sociedad, con buena parte de los políticos a la cabeza, se ha instalado en la posverdad; es decir, en la mentira

No encaminamos con rapidez al cuarto domingo de Pascua y ya empezamos a ver el resplandor de Pentecostés acercándose, sin embargo, ni podemos ni debemos bajar la guardia. Lo sucedido este jueves pasado, día 11 de abril en Bruselas demuestra que las tinieblas acechan como nunca y debemos luchar por responsabilidad social, porque el ser humano está dotado de cuerpo y espíritu, y desde la óptica de la antropología cristiana, la dignidad de las personas derivan de haber sido hechas a imagen y semejanza de Dios. La imposición de la ideología promuerte en la Eurocámara sin alma y en contra del Derecho Natural, que votaba incluir el aborto como “derecho fundamental”, se saldó con 336 votos a favor, frente a 163 en contra y 39 abstenciones. Para la Doctrina social de la Iglesia, el respeto de la dignidad de la persona humana y la protección de la familia, hombre y mujer, deben inspirar toda acción política, si realmente se quiere vivir en una sociedad plenamente democrática en la persona pueda desarrollarse plenamente, según su propio proyecto de vida. A los católicos, abiertos a la sociabilidad y la trascendencia, porque decimos estas cosas, se nos tacha de retrógrados y se nos quiere apartar de la vida pública, se ridiculizan nuestras propuestas con el insulto y el menosprecio, pero sin argumentos sólidos. La sociedad, con una gran parte de nuestros políticos a la cabeza, se ha instalado en la posverdad; es decir, en la mentira, en la destrucción de la mujer y el hombre en beneficio de las grandes élites, sin el más mínimo respeto de nuestra dignidad y nuestros derechos. No teníamos bastantes con la situación deplorable de nuestras Cortes Generales, salvo honrosas excepciones, con los grandes escándalos políticos, enfrentamientos dialécticos con palabras mal sonantes para herir a los españoles en favor de las minorías independentistas y marxistas, que pretenden mediante reales decretos leyes la instauración del pensamiento único con una inversión moral en la sociedad española, sin respeto alguno a la dignidad de la persona humana y la protección a la familia. En fin, este fin de semana, excelente la película documental “Hispanoamérica”, un canto de vida y esperanza sobre la historia de la América española, que desmonta la leyenda negra de una historia compartida durante más de 300 años a través de esplendor visual que constituye el patrimonio arquitectónico, pictórico, escultórico y musical de la época, aún vigente a día de hoy. Paz y Bien.

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