Frases rotas

Ahora te imagino como un verdadero dandi de la teoría del fracaso, solo que triunfando, Montero

Yo he comprado tu libro intentando agarrar algo del pasado que se va, yo que dije que había una línea imaginaria que iba desde Umbral pasando por Chirbes hasta llegar a ti ya no soy capaz de abordar tu última novela, Montero. Me desilusioné cuando te vi haciendo políticas y me dije ya está este, o eres escritor, o te metes en discursos politiquistas. Las dos cosas no y yo te vi más en la otra, fugazmente. Donde antes hablabas de literatura y literatura ahora te vi hablando de rojos y azules. Pero de todos modos quise tener otra vez más la ilusión de leer literatura con dientes de sierra en cada frase, pero sabes, al abrir el libro he visto meramente algo bien escrito, pero nada más. Y me cuesta seguir, Montero. Aparte de que me cuesta todo mucho más, físicamente, económicamente, espiritualmente, enérgicamente, quiero pensar que ya no eres el mismo de antes. El que se sumergía en el lumpen de las palabras. Voy a leer tu libro buscando párrafos que hagan daño de verdad, la poesía inútil de las frases a quemarropa, sin análisis, sin filólogos, sin críticos, como disparos que te dan donde más duele, que te atraviesan, y no sé si las voy a encontrar. Tal vez ya sea todo perfecto y no bohemio y sórdido. Sabes una vez le dije a alguien que eras sórdido y bohemio de verdad y ni se entero de lo que decía. A lo mejor eres ya tan compacto como la presentación de tu libro inmaculado en la edición, con un negror impostado, no me atrevo a leer más para no encontrar nada. Antes estabas en algún sitio, ahora, después de este vendaval de inexistencia que ha sepultado a casi todos, no te veo por ningún lado, o es que yo no busco. Sabes, me afano en comprar biografías de lance, buscando el agujero para huir de lo pulcro, de los escritores que hablan diez veces más de lo que escriben, que escriben en las redes sociales cien veces más de lo que hablan. Que hacen la pose, la foto. Yo la hice, sí, pero me bajé del merry-go-round, ni idea de a qué me refiero ya lo sé, para no sucumbir a mi mismo. Y como no hay más disparos en ninguna parte rescato mi lado freak. Sabes, he grabado La parada de los monstruos. Nadie tiene ni la más vaga idea de qué hablo, tanto intelectual suelto que anda por ahí. Mi lado freak, tu lado freak, del que nadie quiere saber nada. Ahora te imagino como un verdadero dandi de la teoría del fracaso, solo que triunfando, Montero. Cómo has podido caer tan bajo.

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