opinión

Tomás García / Azcárate

Hechos olvidados cuando se habla del acuerdo agrícola con Marruecos

EL debate está al rojo vivo. Son legión los que aseguran que el nuevo acuerdo agrícola con Marruecos es la crónica de una nueva catástrofe anunciada. Creo sin embargo que la opinión pública carece de algunos datos que merecen ser tomados en cuenta antes de mandar el acuerdo a la hoguera.

Hablemos primero de tomate. Marruecos cumple el acuerdo actual. El acuerdo prevé un contingente de 213.000 toneladas con precio de entrada reducido pero permite la libre exportación fuera del contingente, respetando el precio de entrada normal. Por esto Marruecos exportó a Unión Europea 325.000 toneladas en la última campaña 2010/2011. En el proyecto de acuerdo aumenta las exportaciones bajo contingente en 52.000 toneladas. Un gran parte de este aumento se hará a costa de los volúmenes exportados fuera de contingente. Desde el 2001, los Países Bajos han aumentado su producción de tomate en más de 300.000 toneladas, o sea prácticamente el mismo volumen que el total de exportación de Marruecos. Este desarrollo se ha construido a pesar de unos costes laborales elevados, estando cada vez más presentes en los meses de invierno. Se llama visión estratégica, organización, todos a una Fuenteovejuna … Como le he repetido muchas veces a mi hijo en la escuela, se aprende mucho del primero de la clase, aunque tengamos tendencia natural a mirar al que se sienta al fondo.

Pero no todo el acuerdo descansa sobre el tomate. Este representa una apertura importante del mercado marroquí a las exportaciones agrarias europeas, incluido las frutas y hortalizas. El esfuerzo europeo de apertura es del 25%; el esfuerzo marroquí del 69% al final del periodo transitorio. Marruecos renuncia a percibir 100 millones de Euros de derechos de aduana, y nosotros 28.

La relación con Marruecos no es solo agrícola, ni siquiera agrícola y pesquera, aunque alguno sorprendentemente se declare al mismo tiempo a favor del acuerdo pesquero con Marruecos y en contra del acuerdo agrícola. . Estos acuerdos son un eslabón más en una política estratégica para Europa y para España de construcción de una zona de libre cambio en el Mediterráneo como contribución a la consolidación democrática de la zona. Queremos favorecer su desarrollo para que sean democracias reales y estables; cortar de raíz la emigración clandestina; colaboración en la lucha antiterrorista; asegurar nuestro abastecimiento energético y en fosfatos; poder pescar en sus aguas territoriales, exportar hacia ellos ya que son uno de nuestros mercados naturales… pero que no nos exporten mucho, sobre todo que no nos exporten lo que nos molesta. Me parece un poco fuerte como razonamiento.

Los productores hortícolas de Almería tienen futuro. Tras años de crecimiento cuantitativo, estamos en la fase del crecimiento cualitativo. Se trata de construir sobre lo mucho y lo bien que se ha hecho estos años, sobre la consolidación de la lucha integrada: sobre la hermosa aventura del tomate Raf; sobre el esfuerzo movilizado para la IGP La Cañada-Nijar; la recuperación de variedades y la diversificación de la oferta; sobre la vuelta del respeto al consumidor y la vuelta de los productos con sabor; sobre la racionalización de la oferta…

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