Hijos del agobio

Tan agobiados nos sentimos que hemos decidido no ahondar en los temas y bebernos los mejores vinos

Damocles tenía colgada sobre su cabeza una espada solo sujeta por una crin de caballo. Nosotros (no nos referimos a nosotros tres solamente) tenemos por lo menos tres espadas amenazando nuestras seseras. La más cercana y amenazante es el caminico que está tomando la guerra de Ucrania. Ya casi nos habíamos olvidado de que teníamos este conflicto en el patio trasero de la casa, cuando “alguien” dinamita la presa del Dnieper, inundando un montón de ciudades cercanas. ¿Quién ha sido? Siguiendo la vieja táctica de preguntar a quién beneficia, cada uno va sacando sus consecuencias, aunque todo se sabrá. Mientras tanto, el final de esta puñetera guerra no se ve ni con el telescopio Alma. Los más agoreros “rusólogos” advierten que si apoyamos a Ucrania hasta las últimas consecuencias, o sea, hasta que recupere Crimea, Putin usaría bombas atómicas, de las que posee el mayor arsenal mundial. No se le debía haber permitido robar Crimea en 2014, ahora ya es imposible que la ceda y si se ve perdido es probable que acierten los antedichos cenizos. También tenemos encima, aunque parezca menos peligrosa, la Inteligencia Artificial (IA). Como todos los avances revolucionarios suscita pasiones encontradas: ilusiones de mejorías sin fin y susto por los abusos de los aprovechados. El tema es muy complejo y tiempo habrá para dedicarle reflexiones. De momento, algunos de los mismos creadores de IA advierten de que los gobiernos están tardando en articular mecanismos para el control de tan poderosa herramienta. Nuestro tercer agobio viene de la pajarraca que se está montando sobre la fecha de las elecciones: que si hace una calor espantosa y los colegios sin aire acondicionado, que si la inmensa mayoría de los arruinados españoles van a perder los viajes y los hoteles que tienen ya reservados en medio mundo (por cierto, ¿no era en agosto cuando se iban casi todos de vacaciones?); que si el voto por correo es un pucherazo…Ante tal cúmulo de contratiempos, en nuestra tradicional costumbre de aportar ideas constructivas proponemos un sistema electoral doble, pero no como el de los franceses o los americanos, sino genuinamente español: en la primera vuelta se elegiría la fecha más adecuada para efectuar la segunda vuelta, esta ya sí con los candidatos. Tan agobiados nos sentimos que hemos decidido no ahondar en ninguno de los temas y bebernos, ahora mismo, los mejores vinos de nuestras respectivas bodegas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios