Inicuo, inocuo

LO leí hace muchos años en una historieta de Lucky Luke. En un pueblo del Oeste se organizaba una manifestación. El motivo era uno de esos rumores que lanzaban a la calle a los ciudadanos sin un motivo concreto, tal vez un robo, o el anuncio de la apertura de un salón de mala nota, o la llegada de unos desconocidos al pueblo. El caso es que los ciudadanos se echaban a la calle. Unos llevaban unas pancartas que decían "inicuo". Otros llevaban unas pancartas que decían "inocuo". "¡Es inicuo!", gritaban unos. "¡Es inocuo!", gritaban los otros. Lucky Luke acertaba a pasar por allí y se quedaba muy sorprendido por el espectáculo. "¿Qué pasa?", le preguntaba a uno de los manifestantes. "¡Es inicuo!", le contestaba el manifestante indignado. Lucky Luke, muerto de curiosidad, le hacía la misma pregunta a otro manifestante. "¡Es inocuo!", le respondía el otro, igual de indignado.

Lucky Luke se iba del pueblo rascándose la cabeza. "¿Qué significa inicuo?", se preguntaba. Y su caballo, el inteligente Jolly Jumper, se preguntaba a su vez: "¿Y qué significa inocuo?". La historieta terminaba sin que se nos revelase la respuesta. ¿Inicuo? ¿Inocuo? Cualquiera sabe. Y tampoco sabíamos qué era lo inicuo, o lo inocuo, que había impulsado a los habitantes de aquel pueblo del Oeste a manifestarse con tanta indignación por la calle principal. ¿Un robo? ¿O el anuncio de la apertura de un salón de mala nota? ¿O la llegada de unos desconocidos?

Pues bien, ya estamos todos con nuestras pancartas en la mano, unas que dicen "inicuo" y otras que dicen "inocuo", sin que sepamos muy bien por qué las llevamos, ni qué diablos significa "inicuo", ni qué diablos significa "inocuo", pero ahí estamos, manifestándonos muy indignados, gritándonos unos a otros "¡Es inicuo!", o bien "¡Es inocuo!". Y si alguien se para a preguntarnos por qué gritamos eso, y qué pretendemos conseguir al hacerlo, lo único que somos capaces de hacer es seguir gritando "¡Es inocuo!", o "¡Es inicuo!", porque ya no sabemos muy bien si hay alguna diferencia entre estas dos palabras que al fin y al cabo no entendemos. O sea que seguimos enarbolando las pancartas, y seguimos desfilando arriba y abajo por la calle principal del pueblo -es la única que hay, qué remedio-, porque todo el pueblo está en la calle y nadie se atreve a quedarse en casa, por miedo a que los vecinos nos señalen con el dedo y nos griten que somos unos seres inicuos, o tal vez inocuos, ya que no hemos querido llevar la pancarta correspondiente, ésa que dice "Es inicuo", o bien "Es inocuo". Y lo único que sabemos es que todo el espectáculo que estamos presenciando -y que también protagonizamos-, ese carrusel de declaraciones y discursos y mítines, es un hecho inicuo. ¿O era inocuo?