Sorprende que, en la metodología de la asignatura de Lengua Española en la Enseñanza Secundaria Obligatoria y en el Bachillerato, se haya tenido en consideración, durante mucho tiempo, solo parte de los textos escritos (en particular, los literarios). Ignorar en la práctica idiomática la rica tipología de la lengua escrita y los textos orales, en su diversidad de registros, ha supuesto que se enseñe lengua, pero no a usar la lengua; competencia lingüística, pero no competencia comunicativa; gramática, mas no pragmática; texto, mas no discurso.
Actividades como hablar en público, hacer una exposición, participar en un debate, en una mesa redonda, en una tertulia, en una conversación, en un programa de radio o de televisión, en una videoconferencia, en una videollamada, en un chat, en la comunicación en el marco de la interacción en las redes sociales constituyen una necesidad pedagógica, que la reforma de los planes de estudios ha intentado solucionar en la teoría, con poco resultado en la práctica. La prueba está en el fracaso a la hora de construir textos, sean orales, o sean escritos, a pesar del gran esfuerzo del profesorado. Dotar a los departamentos de Lengua y Literatura con más recursos humanos y tecnológicos es un hecho inaplazable.
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