En estos tiempos tan revueltos, y con la que esta cayendo, donde el covid no da tregua, y amenaza con volver a extenderse dentro de una sociedad, que a estas alturas ha visto como el Tribunal Constitucional ha declarado improcedente el primer estado de alarma, produciéndose un grave problema político, donde el Estado ha quedado desarmado frente a la pandemia; pues bien, he elegido no comentar las múltiples proposiciones que forman juicios apriorísticos, dando lugar a razonamientos, entre comillas, democráticos; ni tampoco de los desacuerdos que existe entre ministros, ministras, oposición y por supuesto lo plausible que puedan ser los términos "matria o patria", sobre todo cuando tenemos una sociedad amenazada por problemas de mayor índole. Sinceramente querido lector, me inclino más por otros derroteros y prefiero escribir sobre costumbres y monumentos que forman parte y representan el esfuerzo y el cariño de las gentes de los pueblos de nuestra provincia; para llevar a cabo tal fin he escogido dos localidades: Almocita en la Alpujarra almeriense y Macael en el Valle del Almanzora. Almocita que desde el año 2011 sigue la tradición de sustituir el alumbrado público por viejos candiles que comparten la noche con la luz de la luna. La fría noche se siente cada vez más cálida e identificada en una escena de película, cuyos actos se caracterizan por tener una magia especial, profundizando dentro de la cultura ecológica, que se incluyó en la Semana Europea de la Energía, apostando por el desarrollo sostenible. Todo este entramado de actos está presidido por la incomparable figura del candil más grande del mundo según el Guinness World Record, situado en la balsa de las Espeñuelas, es de acero y tiene una capacidad de 652 litros. Por otra parte, Macael: denominado (ciudad del oro Blanco), se distingue por su gran industria del mármol, que ya los Fenicios usaron en la construcción de sus sarcófagos (700 a C); también por su gran devoción a la Virgen del Rosario y la utilización de material marmóreo en sus monumentos, de los que podemos destacar: el Monumento al Cantero, la Fuente de los Leones (replica idéntica a la de La Alhambra) y su obra estrella (El Mortero). El Mortero está enclavado en una de las plazas próximas a la entrada de Macael, es de mármol (blanco Macael), muy popular y el más grande del mundo, convirtiéndose en un icono turístico; inscrito en el libro Guinness de los Records, constituye un homenaje a los artesanos del mármol de Macael.

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