NEOFASCISMO

Moreno está dispuesto a seguir gobernando, y si para ello tiene que ir de la mano de los ultras, irá

03 de mayo 2022 - 01:46

El PP va a ser conocido en la historia, no por sus logros, que han sido bien escasos si se comparan con los del PSOE, sino por ser el introductor del neofascismo en los gobiernos regionales españoles. Mañueco en Castilla-León ha sido el primero que ha compartido gobierno con la extrema derecha en España, cediéndoles tres carteras clave en la economía de la región y la presidencia de las Cortes.

En su afán por mantenerse en el poder, tanto por intereses personales como de partido, en vez de convocar nuevas elecciones para despejar dudas y luego actuar en consecuencia para la formación de gobierno, ya sin que nadie le pudiese echar en cara lo que acabo de escribir, se plegó a todas las exigencias de los fachas, mientras en paralelo el Pp nacional también se negaba a la propuesta de Sánchez de establecer un cordón sanitario para impedir a los ultras el acceso a las instituciones, como han hecho en Alemania -Alemania, por cierto, sabe mucho de eso y no quiere que la Historia se le vuelva a atrás ni un solo paso-.

En España, en cambio, abundan los que añoran, aceptan, toleran y se mueven cómodos entre los neofranquistas, mucho más carcas y atrasados que los de otros países. Es el neofranquismo sociológico, con su ideario rancio, antiguo, sobrepasado por la Historia, y su sesgo de vuelta atrás, de pérdida del progreso conseguido y de querer pintar en blanco y negro, al estilo de aquel viejo NO-Do de los cuarenta y cincuenta, la realidad española: una opción política que nada tiene que ver ya con esa realidad.

La verdad es que un fantasma vuelve a recorrer Europa, y no es el del comunismo como afirmó Marx -el serio, el auténtico, no el humorista peliculero-.

Esta vez es el fantasma del fascismo. La nómina de países en los que gobierna crece y, en Francia, país emblemático de la cultura occidental, se ha constituido en una seria amenaza para la democracia y la unidad europea. Las libertades tan duramente ganadas desde el fin de la II Guerra Mundial y, en España, desde el fin de la dictadura de Franco, están en peligro.

Pues continuando con ese dudoso honor del Pp como introductor del fascismo en los gobiernos regionales españoles, ahora toca Andalucía. Moreno está dispuesto a seguir gobernando, y si para ello tiene que ir de la mano de los ultras, irá. Les cederá, como ha hecho Mañueco en Castilla-León, todo lo que les tenga que ceder.

Y así blanqueará la barbarie.

stats