mANUEL lÓPEZ mUÑOZ

Niño, ¿quieres más a mamá o a papá?

Volveremos a tener elecciones porque en su momento no votamos como debíamos

Cuentan que, siendo yo muy pequeñito, la típica señora indiscreta de las de entonces me preguntó si quería más a mamá o papá y que, tras pensarlo un poco, le contesté: "Yo, a mi Pluto". Hay preguntas que no tienen respuesta fácil, sobre todo cuando nos obligan a hacer declaraciones de amor con un sí o un no, sin matices.

Volveremos a tener elecciones porque en su momento no votamos como debíamos. Atrancada en un pozo oscuro y como en un mal sueño, España corre con la vista atrás para comprobar que no se mueve del sitio y que los monstruos quedan cada vez más cerca: con unos presupuestos prorrogados, con el Reino Unido haciendo extravagancias cada vez mayores, con una emergencia climática planetaria y con la previsión de disturbios nacionalistas que serán reprimidos por otro nacionalismo, nuestros representantes se han mostrado ajenos a todo y han demostrado que representan sólo los intereses de sus asesores de imagen. La incapacidad para hablar es un rasgo propio de las modernas democracias electrónicas, que dirimen sus batallas ideológicas en radio, televisión, prensa y redes sociales para que luego los Diputados aprieten el botón que se les marca.

Volveremos a ser convocados a las urnas por los mismos que han certificado su propio fracaso, a ver si hay suerte y uno pierde quince botones del Congreso y otro los gana. Como no hay razones para tener que volver a votar salvo la negativa a ponerse de acuerdo, ya nos vienen con el: "¡Seño, yo no he sido!".

Si lo prefieren, nos podemos poner estupendos y decir que en esta campaña interminable ganará quien mejor establezca el relato de la culpa. El latín "culpa" es pariente de "scelus", que significa "delito". Nos hablarán de culpa y todos se la echarán a todos los demás mientras nadie habla de lo auténticamente necesario. No necesita nuestra sociedad un discurso de culpa y redención, sino de responsabilidad, del latín "respondeo", que en origen significa "prometer algo en respuesta a otra cosa". Responsabilidad es comprometerse a negociar aunque no se hayan ganado las elecciones, entender que el pueblo tiene la voz y que volver a barajar las cartas es admitir la propia incapacidad para representarnos.

Volveremos a tener elecciones y no preguntarán qué quiero para mi país, sino si quiero más a mamá o papá. Recuperaré mi respuesta de hace más de medio siglo y, desde mi mesa de trabajo, contestaré: "Yo, a mi Pluto".

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