Plazas rokeras

Me conmueven los dedicadores de calles. Creo que voy a llorar de emoción

En España al rock oscuro apenas se le hace caso, se le mitifica, se le hace llamar músico, grupo, banda de culto y se le deja vagar entre sus contados acólitos. Anda siempre a la cuarta pregunta con su música rara, que no ha tenido un single que corea toda España, que no es apta para los karaokes y ochenteos aunque a veces se les mete de soslayo en ese mundo. 091 es, era perdón, de esos. En las enciclopedias de antes, de las de papel, consta como que abandonaron o no tuvieron suficiente éxito a causa de el desinterés de la prensa musical y la prensa en general. Lo cierto es que casi llegaron al éxito pop tontón con su disco Debajo de las piedras, el peor con distancia, pero volvieron a la senda maldita con su siguiente disco siempre a medias entre el éxito y el desinterés y de ahí no se apearon. Una vez tirada la toalla tras un concierto memorable cada uno siguió en lo que pudo o supo. Lapido, el alma, compositor y letrista, se lanzó en solitario cayendo más bajo todavía en el rollo del culto, de cuatro fans, eso sí, fieles como nadie. Paseando su fama de vieja leyenda alternó con otro tipo de trabajos gananciales. Fue guionista de la telenovela de Canal Sur Arrayán, columnista de este mismo grupo, no le vi nunca ninguna explosión de columnismo, sonaba siempre a lo mismo, no sé si sigue en esto y este. Con la excusa del 20 o 30 aniversario de algo hicieron un concierto, una gira y como tantos, volvieron tentados por cifras. Y aún siendo todavía de culto, el culto se vendió por monedas de curso legal, con éxito apabullante (en relación con su etapa anterior) y hasta con catering. Del disco ya hablé de él en otra ocasión en estas páginas y como no alabé precisamente cada nota de cada canción un exaltado cultista me dedicó una bella sarta de improperios, insultos y envenenadas flechas certeras destinadas a herirme en lo más profundo solo que ninguna dio en blando ni de lejos. Por cierto, siempre me extraña que alguien dedique algún tiempo de su vida en comentarme o responderme. Qué tiempo más inútilmente empleado. Y a lo que vamos, siguiendo la estela del ascenso al olimpo de la normalidad y el reconocimiento en Granada le han dedicado una plaza (Plaza ceronoventayuno) así, como suena. Qué por cierto es más algo que un callejón que le dedicaron a los Héroes del Silencio en su ídem natal. Me conmueven los dedicadores de calles. Creo que voy a llorar de emoción.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios