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Dar razón de las cosas importa, aunque sean distintas y dispares. Y cuando un anuncio reúne tal diversidad, con muy distantes servicios, llama la atención, despierta la curiosidad, que así se haga. Probablemente, un torero sin apoderado, o un apoderado que ofrece torero para la fiesta, es el que figura en el anuncio, junto a quien procura comidas selectas y buenas tapas. Poco, entonces, tiene que ver lo uno con lo otro, incluso aunque se piense en la preparación culinaria del rabo de toro, concluida la faena del diestro, que es matador de toros, pero no matarife, aunque quienes condenan la fiesta nacional -tal vez por el apellido, a la vez que se proclaman otras razones- así lo suponen. Si bien del torero no se expresan sus virtudes, de las comidas se dice que son selectas -como la ya añosa y "selecta nevería"- para ensalzar el condumio. Con ambos servicios reunidos en una combinación no poco inarmónica. Es de imaginar que el diestro no conocerá plazas de postín y estará afectado por la malquerencia antitaurina -sin que haya que ser aficionado para respetar la fiesta-, y que los platos de comida serán de cocina sencilla y popular, sin exquisiteces de gourmet. Mas quizá por ello se explique la reunida y modesta disparidad de este anuncio. / Antonio Montero Alcaide
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