El San Miguel de la Roldana

El modelado de la cabeza es prodigioso, de una expresividad y belleza insuperables

La noticia ha tenido amplia cobertura estos días; Patrimonio Nacional acaba de restaurar la gran obra maestra de Luisa Roldán, la Roldana. Se trata del célebre San Miguel Arcángel a tamaño natural, tallado por la artista en 1692 por encargo del rey Carlos II, y gracias al cual obtuvo el título de escultora de Cámara, la más alta distinción artística de la época. La obra se custodiaba hasta ahora en el Escorial, pero podrá verse a partir de este verano en el Museo de las Colecciones Reales, que abrirá sus puertas junto al Palacio Real. Luisa Roldán, hija del imaginero afincado en Sevilla Pedro Roldán, es, acaso, la más importante mujer artista de la historia de España. Dotada de un talento extraordinario y una sensibilidad exquisita, luchó férreamente por su carrera artística en contra de las convenciones sociales imperantes, desafiando al padre y a la pacata sociedad sevillana de entonces. Tras casarse, abandonó el taller paterno y marchó a Cádiz, trabajando como escultora independiente al tiempo que creaba su propia familia. Después marchó a la corte y obtuvo el favor del rey. Murió en 1704. Luisa superó la fama inmortal de su padre y llevó la escultura barroca a unos límites de finura y preciosismo nunca vistos en España. El San Miguel anticipa los modos del Rococó pero se mantiene en los valores del naturalismo patrio. El modelado de la cabeza es prodigioso, de una expresividad y belleza insuperables, y el movimiento del cuerpo y los ropajes revela un estudio minucioso, realmente admirable. La figura del demonio, tan humano, ha recuperado ahora su pavoroso realismo. La mitología popular afirma desde hace mucho que Luisa se autorretrató en el ángel y que puso a su marido en el demonio pisoteado, para vengarse de él, al modo de Artemisia Gentileschi y su Judit. La fiebre feminista de hoy ha elevado a la escultora como icono de sus luchas. Sea como fuere, queda claro la energía e ímpetu de esta mujer prodigiosa. La restauradora del San Miguel afirma que está tallado en madera de cedro, como nuestra Virgen del Saliente, cuya autoría de la Roldana siempre hemos defendido. No estaría de más hacer un estudio comparativo de materiales y procedimientos entre las dos piezas escultóricas, pese a pertenecer a momentos muy diferentes; la talla albojense es de unos quince o veinte años antes, cuando su estilo era aún el imperante en el taller paterno. Este estudio serviría para autentificar la virgen y para establecer los métodos de la artista conservados a lo largo de su trayectoria.

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