Un ‘no es no’ para Sánchez

La (no) investidura de Feijóo pone al presidente ante la hora de la verdad: logró el bloqueo pero es inviable volver gobernar

Pedro Sánchez, en su escaño, durante el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo.

Pedro Sánchez, en su escaño, durante el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo. / Kiko Huesca · Efe

DETRÁS del gesto pusilánime del líder del PSOE, y presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez, de no intervenir en la primera sesión del debate de investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, hay mucho más que un golpe de efecto de los que tanto se vanagloria. Declinar comparecer no sólo es un desprecio a su oponente –porque no soporta que le venciese en las elecciones a Cortes Generales–, al candidato a formar Gobierno propuesto por el Rey –tras haber fracasado en su intento de que Felipe VI incumpliese su cometido constitucional conforme al procedimiento y la costumbre– y a la propia Cámara donde reside la soberanía nacional. No, lo que de verdad subyace en su enésima degradación de las instituciones es puro tacticismo para seguir ocultando qué está dispuesto a hacer para conseguir los votos de quienes le chantajean –y con él a España– en su precariedad máxima, en su incapacidad para aceptar la derrota y asumir que la mayoría alternativa que pretende construir para gobernar es imposible sin romper el marco constitucional.

Aunque eso es así desde hace dos meses, porque la aritmética puso los siete votos de Junts como fiel de la balanza (dado que ERC ya estaba en el bloque que soportaba al Gobierno ahora en funciones en la anterior legislatura), ayer quedó cristalino que los requisitos impuestos rompen la Constitución.

Junts y ERC han pactado una resolución en el debate de política general del Parlamento de Cataluña que exige –no ya la amnistía que refutaría la igualdad ante la ley, al Poder Judicial y hasta el Rey– que Sánchez asegure la convocatoria de un referéndum de independencia. Aunque ninguna de las dos cosas cabe en el marco constitucional que el presidente en funciones dice –sin credibilidad alguna– que va a defender, el PSOE estaba dispuesto a ceder en la extinción de delitos (sin que en realidad aclaren la fórmula jurídica elegida), pero no el ejercicio del derecho de autodeterminación que va contra el principio de unidad territorial que consagra, junto con el autogobierno de las autonomías, el artículo 2 de la Carta Magna. Anoche mismo lo explicitó en un comunicado conjunto con el PSC. Es inviable.

Una vez que Feijóo pierda hoy la segunda votación de su (no) investidura, que ha aprovechado mucho más de lo previsible, Sánchez ya no podrá seguir con su trile y sus trucos zafios y tendrá que afrontar lo que en realidad trató de esconder detrás del infame discurso de Óscar Puente: es la hora de la verdad, de que asuma que ha tenido éxito en su estrategia electoral de bloqueo, pero que la mayoría falsamente progresista que pregona sólo existe para oponerse al PP y no para la gobernabilidad. Su propio no es no.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios