Desde mi experiencia

José Miguel Ponce

¿Santos o Halloween?

También se creía que los espíritus de los muertos salían de los cementerios y paseaban por las calles

Al acercarse el 1 de noviembre, algunos se preguntan si deben celebrar Halloween. En la víspera de Todos los Santos, esta fiesta se extiende cada vez más, especialmente en los establecimientos comerciales y en las calles.

Esta fiesta se celebra el 31 de octubre, en países anglosajones, sobre todo, y en menor medida, en otros lugares como España o países latinoamericanos. Tiene su origen en tradiciones precristianas, especialmente las celtas. Esa fecha marcaba el momento en el que los días comenzaban a hacerse más cortos y las noches más largas. También se creía que los espíritus de los muertos salían de los cementerios y paseaban por las calles. Además de hacer sacrificios para los dioses y reunirse alrededor de las hogueras, los celtas llevaban disfraces de pieles de animales para confundir a los espíritus. Se creía que ese día los espíritus podían entrar más fácilmente en el mundo terrenal, así que la gente usaba disfraces y máscaras para mantenerlos alejados.

El Día de Todos los Santos, sin embargo, es una fiesta cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre. El Papa Gregorio III la fijó el 1 de noviembre en 741. En contraste con el Año Nuevo Celta que se festejaba la noche del 31 de octubre. En este día la Iglesia celebra a todos los cristianos que gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día de «todos los santos». No solo en honor a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados sino también de todos los que, sin estar canonizados, gozan ya en la presencia de Dios. En este día se celebran diversas tradiciones en el mundo, pero sin duda en España la más destacada es llevar flores a los seres queridos en los cementerios.

Halloween nos ha llegado en un movimiento anticultural que promueve, incluso en los centros escolares, una fiesta que no tiene raigambre en nuestras tierras. No me parece coherente; ya tenemos nuestras tradiciones que, desde la fe, festejan el recuerdo de quienes nos precedieron y nos han dejado como herencia vida, religión y cultura: nos los presentan cercanos y alientan la esperanza de volverlos a encontrar. Halloween es una comercialización de disfraces, máscaras y adornos macabros que poco tiene que recordarnos, aunque tenga significado en otras latitudes. Este intento de colonización cultural se ha convertido aquí en una fiesta frívola de disfraces para ocultar la identidad y tener comportamientos que no se cometerían a cara descubierta. Celebra lo que quieras, pero no te dejes llevar por lo que hacen otros.

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