República de las Letras

Sumar

Podemos debe superar sus ínfulas de intelectualidad revolucionaria y asumir lo que son: sólo una parte de la izquierda

El proyecto de Podemos, nacido de aquel movimiento del 15-M, necesita una renovación, eso es incuestionable. Basado en el dominio de las redes sociales del elemento joven y digital desde el nacimiento, y en un tipo de intelectual universitario de izquierdas, su proyecto ha concluido en su etapa gubernamental. En el camino se han quedado personalidades válidas y nuevas que parecían venir a tomar los cielos por asalto y han ido cayendo una tras otra bajo la trituradora de los medios de comunicación vendidos a la derecha y la ultraderecha. Desde aquellos setenta diputados primeros la intención de voto ha decrecido notablemente. Podemos, como instrumento de cambio para un sector de la sociedad, ha concluido su periplo. Necesita, entonces, una puesta al día.

Esa puesta al día puede consistir en la integración en SUMAR, con el liderazgo claro de Yolanda Díaz -supongo que pronto caerá sobre ella todo el peso de la calumnia desde los medios vendidos-. Podemos debe aprovechar la oportunidad para ser parte de este instrumento de participación de la izquierda social en la política del país. Deben pasar a segundo plano las dos consideraciones que hasta ahora lo impiden, a saber: la posición que tendrían los dirigentes de Podemos en la coalición, razón por la que piden primarias, y la posición económica en que queda si se integra o se diluye en SUMAR. Ninguna de las dos cosas debe impedir que la izquierda disponga de un partido fuerte y con posibilidades de ganar unas elecciones legislativas. En cuanto a las posiciones ideológicas, cuya inmovilidad ha causado tanta división en Andalucía con la separación de Adelante, no parece que sean insalvables. Más pesan las otras dos cuestiones, la egoísta y la económica, que esta.

SUMAR es quizá la última oportunidad de la izquierda para ofrecer a sus electores un partido viable y con posibilidades de superar al PSOE o, por lo menos, forzarle a formar gobierno de coalición como ocurrió en esta legislatura que se va agotando. Toda posición personal, toda disquisición económica partidaria debe ser sacrificada. El peligro real de que la extrema derecha toque poder obliga a los representantes de la izquierda a unirse, como han entendido en Más País, en Compromís y en los comunes catalanes. El liderazgo de Yolanda Díaz es primordial para conseguir la unidad. Se abre otra posibilidad. Aprovechadla sin más. La Historia va en ese sentido.

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