Tímidamente

Entra la primavera, como pidiendo perdón porque venga con normalidad después de varios años

Entra la primavera, como pidiendo perdón porque venga con normalidad después de varios años. Todo lo que venga con normalidad es anómalo, de hecho ya hay cosas que no son normales. No es por mayo la calor, sino por marzo y amenaza pascua con camisetas. En el Paseo ponen lentamente las tribunas como mirando al cielo pensando si todo será benigno, si nos asaremos de calor y tendremos que echarnos protector o retornará todo el mal tiempo guardado y tronarán lluvias dejando todo el buen tiempo y las terrazas para cuando no corresponde. Parece que con precaución anuncian los cultos y florecen árboles pensando que algo lo va a fastidiar todo. Cuando planeas algo de retiro, días de ir a tomar café sin prisas en día laborable, todo empieza a confabularse para que así no suceda. Ni siquiera los vientos no favorables han hecho su aparición destrozando todo lo que puedes estar en el exterior. La gente aún así, siempre corriendo para que todo esté antes porque se necesita más y más pronto no atiende que los días siguientes pueden ser días de recordar vestido de domingo ir al Paseo con miles de personas con un sol de justicia y los cuadernillos impresos recogidos en una sucursal de barrio donde ponen montones y están puestos todos apiñados en un mostrador, con sus ilustraciones de cada vestimenta de nazarenos con su colores distintivos y su insignia que lucirán en la solapa. Yo quiero dibujarlos en una libreta con lápices de colores y tenerlos frente a mi en fila con todos los tipos y colores posibles. Quiero olvidar así que aunque ahora mismo no se ve ninguna nube arreciará algún viento, se verá alguna nube, se presentará cualquier imprevisto, habrá algún marrón, algún disgusto, algo que haga que no sea todo como en las fotos antiguas de otros momentos para jolgorio de los que todo este ceremonial no es sino un fastidio, es decir, que por supuesto debe haber semana santa, pero se debe cambiar el nombre a semana lo que sea para que se mantengan las sagradas vacaciones (sin vacaciones) y sólo tenga sentido el sol, la playa y el ocio absurdo. Para que los que aprecian los momentos con sentido se amolden a hacer cualquier cosa sin sentido. Y yo pensando en forzar las cosas para que tengan sentido, que el domingo parezca un domingo y que haya días diferentes. Solo una vez, una semana al año, cuando ya está llegando ha pasado, no existe, ya existe solo en las fotos antiguas.

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