La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
Ana Tapia, nuestra escritora almeriense más incisiva, inicia un viaje iniciático a través de Las ovejas radiactivas de Kolimá, su último libro de poemas. Un texto publicado por la editorial gaditana Cazador de Ratas, que está especializada en literatura de género, y que hace poco inauguró una colección de poesía especulativa. Este tipo de poesía, común en países como por ejemplo Estados Unidos, aún no tiene mucha visibilidad en España.
Este poemario plantea un universo en el que aparecen dos soles, alrededor de los cuales orbitan tres planetas que han sido colonizados por el ser humano. Sus nombres son Salutri (que es casi todo océano), Menos Cuarto, al que le falta una parte de su esfera, y Zórvix, el más hostil e inhóspito de todos. Cada planeta, incluso la Tierra, tienen un apartado específico en el poemario. Además aparece el espacio profundo, la relatividad del tiempo y el miedo a las consecuencias de los actos humanos, en especial la radiación, que puede destruirlo todo en un segundo.
La ciencia ficción no se aleja de lo más cercano de nuestro conocimiento, sino de la esencia misma del ser humano y en el poemario la voz poética está "prestada", a otras criaturas, habitantes de otros mundos, pero que son en esencia como nosotros. El título del libro toma su nombre de una catástrofe provocada por la temeridad en el uso de armas atómicas, que provocó la contaminación del ganado y de la hierba. Hay guiños a otros autores que estuvieron preocupados por ese problema, como el sueco Henning Mankell, que antes de morir de cáncer dedicó largos textos a la problemática de la basura nuclear.
Aparece también la visión de los astronautas, en un intento por transmitir la emoción que supone ver la Tierra desde el espacio exterior. Uno de los poemas, titulado La plegaria del cosmonauta, dice: "El cosmonauta ha perdido el lenguaje: ya no espera que un eco le conteste/ cuando anuncia sin voz la belleza del vacío. Ninguna esquina hay. El Universo /no tiene asideros para las palabras, y el lenguaje sobra /donde solo la vibración del alma es posible".
Ana Tapia vuelve a hacer conseguirlo una vez más. Nos traslada a un no tiempo donde el ser humano tiene la oportunidad de encontrarse a sí mismo y dar sentido a todo aquello que le rodea. Todo un viaje, que sin Kolimá quizás no sea posible.
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