Xenofobia, racismo, aporofobia, aerofagia

La proverbial “baraka” de Pedro Sánchez ha hecho que el escándalo de la inminente amnistía haya tapado el escándalo de los traslados y alojamientos de inmigrantes. Suponemos que momentáneamente, porque esta cuestión es munición habitual para racistas y xenófobos. El reciente aluvión de inmigrantes a la isla de El Hierro, y su inevitable traslado a la península, ha sido objeto del “desahogo” de unos conspicuos líderes de las derechas más extremadas. Desde un portavoz municipal que ha propuesto marcar como animales a los que pululan por las calles sin control, o los que temen que nos contagien enfermedades tropicales, hasta presidentes de Madrid o vicepresidentes de Castilla y León que hablan de problemas de seguridad, especialmente de las mujeres susceptibles de ser atacadas por “varones en edad militar”. Aquí en Almería también tenemos un destacado ejemplar de esta tropa: Rafael Hernando, quien ha llegado a quejarse de que los traigan en avión, a hoteles de 4 estrellas “con nuestros impuestos”. Debe querer que los traigan en la misma patera en la que llegaron y los alojen en las chabolas desocupadas de Níjar. Y que si van al hotel, lo paguen, igual que pagan a las mafias de las pateras.

Más cerca todavía, en una columna de aquí al lado, un coronel de Caballería afirma que “En los hoteles en donde se están alojando a los inmigrantes, así como a las ciudades donde se ubican estos hoteles, se les está poniendo una cruz negra con vistas al turismo”. Debería aclarar nuestro vecino quiénes son los que están poniendo esas cruces negras. Por saberlo. Y engrosar la nómina de xenófobos y racistas. Que en este caso también pecan de aporofobia, porque nadie se queja de otras inmigraciones masivas: hemos acogido 200.000 ucranios y nadie las pía. Claro, es que son blancos, cristianos y algunos con pelas. Aunque para pelas las de las mafias de los países exsoviéticos que campan por nuestras costas a mansalva. Desde 2015 se han nacionalizado españoles 40.000 judíos de 67 nacionalidades. Y según sesudos estudios, España necesita cinco millones de inmigrantes en los próximos años. Que, al fin y al cabo, es poco más del diez por ciento de la población actual. O sea, que además de xenofobia, racismo y aporofobia, parece ser que se trata también de un problema de aerofagia.