Todos al agua

Un buen remojón resulta refrescante a la par que proporciona bienestar emociona

En la playa, en la piscina, en un río o una balsa. En estos días, todos buscamos un chapuzón que nos refresque y nos haga más llevadera la canícula estival. ¿Pero te has preguntado por qué resulta tan agradable sumergirnos de vez en cuando?

A nivel físico, cabe destacar que en cuanto nuestra piel entra en contacto con el agua fresca, se genera un estímulo en los receptores térmicos de la dermis que, a su vez, envían señales al sistema nervioso. Comenzamos a disipar calor desde el cuerpo hacia el agua, nuestros vasos sanguíneos periféricos se contraen reduciendo la cantidad de sangre que fluye hacia la periferia del cuerpo, y en nuestro cerebro se liberan endorfinas que nos hacen sentir de buen ánimo. Así, el remojón se convierte en una auténtica fuente de bienestar.

Pero también es curioso que la inmersión en agua es una práctica ritual común en diversas culturas y religiones alrededor del mundo. Esto se debe a que encierra cierto significado simbólico que también produce, a su manera, felicidad.

Diferentes tradiciones cristianas, siguiendo el ejemplo bíblico donde el propio Jesús fue bautizado en el río Jordán por Juan el Bautista, identifican la inmersión en agua como una forma de muerte y renacimiento a una nueva vida. En el hinduismo, el ritual de sumergirse en el agua se lleva a cabo en ríos sagrados, como el Ganges o los estanques sagrados. Los hindúes creen que estos baños purifican el alma y eliminan los pecados. De manera similar se practica en el Jainismo. Esta doctrina, también de origen indio, busca la purificación del alma y la iluminación espiritual a través de inmersiones en piscinas sagradas. Algunas tradiciones budistas utilizan en el “vassa” (un retiro estacional donde pasan tres meses en un monasterio) unas ceremonias de baño donde los monjes se sumergen en agua para purificarse y renovar su compromiso con los preceptos budistas. Y en el Islam, aunque no es un ritual de inmersión en agua en sentido estricto, antes de realizar las oraciones se realiza una purificación ritual mediante abluciones lavando partes específicas del cuerpo.

Recordemos entonces que un buen remojón resulta no solo refrescante, sino que también encierra un profundo trasfondo espiritual. Ya sea para escapar del calor, relajarse o buscar cierta conexión espiritual, siquiera con la propia naturaleza, sumérgete en el agua y disfruta de la experiencia en cuerpo y alma.

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