Almería a tiros

Hay partidos políticos o grupos sectarios que no quieren más seguridad en las calles de nuestros pueblos y ciudades. Cuando se presenta una moción para que exista mayor seguridad en nuestros barrios, hay políticos, no sabemos si de partidos o de grupos, que votan en contra de que haya más policías buscando la tranquilidad de los vecinos de esta ciudad. No deja de ser sorprendente que un representante de los ciudadanos decida un día que no quiere más policías vigilando la seguridad de esos vecinos, con la repajolera excusa que ello conllevaría la inseguridad a otros barrios o calles. Se la quitamos al Zapillo y la mandamos a la Ciudad Jardín.

Que los políticos estén jugando de esa manera ante la seguridad de los vecinos nos parece de aurora. Y todo bajo la excusa de que, si llevamos más policías a un barrio, la inseguridad llegaría a otros. Nos está queriendo explicar que los chorizos de La Cañada, por poner un ejemplo, si aparece la policía, se van a delinquir a El Alquián. Es esa la excusa por la que no se quiere votar la presencia de más policía en las calles ¿o hay alguna otra? Me sonaría a broma el decir por mi parte que luchar contra la delincuencia en Pechina va a perjudicar a Rioja, o si es contra la de Carboneras perjudicará a Mojácar, y que por ello hay que votar en contra de que haya más policía en las calles, barrios o pueblos de Almería. ¡Y que vivan los chorizos! Eso que vivan, y que lo hagan sin policía que los persiga.

El ciudadano tiene la impresión de que a algunos partidos políticos viven mejor cuanto peor le va al ciudadano de a pie. Pero entiendo que alguna explicación a que la policía no acuda a nuestros barrios sería necesaria. Sin demagogia, que cuando te ponen un cuchillo delante de la cara se te acaban los argumentos, te tiemblan las canillas y te acuerdas de los inútiles políticos a los que les diste tu voto en las pasadas elecciones para que te defendiera. Sería muy triste pensar que el miedo a la inseguridad por parte de ese ciudadano forma parte de la acción y del gobierno de estos partidos que votan en contra de que haya policías en una calle, porque eso supone que los chorizos harán de las suyas en la siguiente.

Cuando en tiempo de verano, estamos en el siempre caluroso agosto, conversando en la terraza o en la puerta de casa se exponen argumentos de este talante, no puede uno por menos que pensar: ¿en manos de quién está la seguridad de nuestros vecinos? De los tiros por amor, escribimos otro día. ¡Cómo están los celos, Odín!