Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Se cumplen 89 años del comienzo de la Guerra Civil. Hay que recordar de vez en cuando de donde venimos y cuales fueron los errores cometidos, para no repetirlos. A aquella guerra nos llevaron nuestros pecados, nuestros odios, nuestras pasiones. Tal parece que, en estos días, todo eso lo volvemos a ver en los políticos actuales. Pero lo curioso, la diferencia con aquella época es que, como digo, son los políticos los que fomentan el odio, no la gente, el pueblo llano y corriente, que en su inmensa mayoría asiste atónito a los exabruptos, los insultos, los ataques, los excesos de los profesionales de la política. Aunque últimamente también esto está cambiando. Se producen ya ataques de grupos de extrema derecha que recuerdan también a los que realizaban los falangistas antes de la guerra. El proceso es el mismo, se repite en la Historia. Ocurrió en Alemania y en Italia durante los años 30, y también desembocaron en una guerra, esta a escala europea y luego mundial. No digo que estemos próximos a una guerra, digo que no trae nada bueno la violencia de la extrema derecha tolerada, comprendida e incluso aceptada por el principal partido de la oposición, que también debería defender la paz interna del país, la tolerancia y el juego limpio en democracia. Quieren también esa gente deslegitimar la democracia, desprestigiarla. También en esto se asemejan a las juventudes hitlerianas y las SA alemanas en aquella infausta década. Incluso ya están consiguiendo que periodistas, digamos, profesionalmente normales, más o menos independientes, pero demócratas siempre, duden de la democracia que nos dimos en el 78 y que tanto esfuerzo, persecuciones y muertes costó.
¿Qué hace a todo esto el Partido Socialista? Es de esperar que no cometan ellos también los errores del pasado. Al PSOE nunca se le ha dado bien hacer pedagogía. Y cuando ha visto que las cosas se comprometían demasiado socialmente, se ha rajado. Siempre le ha ocurrido igual: socialista, sí, pero hasta un punto prudente. Eso lo trajo Felipe. Pues ahora, como no haga una política neta de izquierdas, como no haga pedagogía real y de la buena, como no legisle para la gente y con la gente, me temo que… No lo digo. No soy derrotista. Confío en la prudencia y la sensatez del ser humano todavía. Este aniversario de la Guerra Civil es un buen momento para reflexionar sobre el rumbo que tomamos en la historia de nuestro país.
También te puede interesar
Lo último