Ni es cielo ni es azul
Avelino Oreiro
Se adelantó el invierno
En julio de 1979 AC/DC, la legendaria banda australiana de hard rock, publicaba una de sus canciones emblemáticas: Highway to Hell (Atlantic Records) Autopista al infierno en español. Desde marzo de 2004, en España no se ha levantado el pie del acelerador por esta autovía al tártaro que es la destrucción de nuestra Nación y democracia. Mes de julio de 2025, más que el calor propio del verano, lo que resulta agobiante y a todas luces bochornoso, es el miserable espectáculo que viene dando el gobierno que sufrimos desde 2018. Dado su origen no cabía esperar otro comportamiento. Su proyecto político era apoderarse del poder para convertir España en un averno totalitario. Para ser más precisos, convertir los territorios en los que pretenden desmembrar España en su inframundo. Por eso había que aliarse con los nacionalistas del terrorismo y la supremacía identitaria. Toda su biografía es una construcción falsa, de puro bandidaje y parasitismo, que los hechos y las fuentes de documentación de la historia ponen exactamente en el lugar que le corresponde. El dudoso podio de la miseria ética, la deslealtad y el chantaje. Y al otro lado del Atlántico, compinchados con el socialismo castrochavista-priperonista del Grupo de Puebla. Presuntamente patrocinado por gasolineras Delcy y sus hidrocarburos. Néstor Kirchner nunca se cansó de decir que “para hacer política en serio hace falta platita”. Lo importante es que “no gobierne la derecha y la ultraderecha”. Es desesperante que la sociedad española se deje pastorear con estas consignas tan necias y falsas. Así de caro se paga hacer del conocimiento algo inútil. ¿Dónde estábamos mientras permitíamos que nos convirtieran en una masa sectaria? Y tolerar la corrupción. En este mes de julio de 2025 se han cumplido 28 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco Garrido. ¿Cómo hemos permitido que se hayan destruido la unidad y dignidad que atesorábamos cuando salimos a las calles para enfrentar a ETA? Y el infame asalto a la Justicia. En el final de la película Vencedores o Vencidos (Stanley Kramer, 1961) la escena entre Burt Lancaster y Spencer Tracy lo dice todo. “Aquella pobre gente, aquellos millones de personas. Jamás supuse que se iba llegar a eso. Debe creerme, debe usted creerme. Señor Janning, se llegó a eso la primera vez que usted condenó a muerte a un hombre sabiendo que era inocente”.
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