¡Ay, marichu, marichu!

Le han sacado la hemeroteca y le han dejado con el … al aire. Es lo que tiene ser político y decir un día una cosa, y al día siguiente, por orden del jefe de turno, la contraria. Es cierto que han pasado unos años. En el 18, día más o menos, andaba de ministro un recordado pepero que nos sacó hasta las higadillas, y de apellido parecido al tuyo, Marichú. El tal Montoro, de infausto recuerdo junto al gallego Rajoy, quiso hacer lo mismo que tú nos quieres vender en estos días, la condonación de parte de la deuda a los malgastosos de las comunidades. Y qué dijo entonces la princesa del Guadalquivir, “que nones, que no era de recibo, que no se podía hacer, y algunas lindezas más que te están recordando en estos días los enemigos políticos”. Después de conocer las hemerotecas, ¿quién, dígame, se puede fiar de usted y de su palabra, de su palabra y de sus argumentos, de su argumentos y de sus lecciones de economía, a la hora de defender una condonación a la que usted condenaba como algo injusto e ilegal para las comunidades españolas.

No le importa ¿verdad? Total, lo único que hace usted es cambiar de opinión. Y están bien los cambios, nadie puede negar el que el ser humano pueda a lo largo de su vida cambiar de opinión, de pensamiento y de partido. Sabe lo que se lleva mal, que ese cambio se produzca solo y exclusivamente para que su jefe mantenga el poder en el parlamento y su culo sentado en la Moncloa. Se ha vendido, señora mía. Y eso ni en política está bien visto. Ha traicionado usted lo que defendía hace unos años porque su jefe de filas se lo impuesto, le ha obligado a ello. ¿Falta de valentía de por su parte? Felipe es un facha, lo sé, desde que ha decidido que lo que está haciendo Pedro Sánchez no tiene de democrático ni los ademanes, González es un facha, pero está diciendo verdades como puños, y algunos socialistas, no los sanchistas como usted, sienten vergüenza ante la deriva que lleva su partido, ante los engaños, las mentiras y los cambios de opinión que nos están ofreciendo cada día. Hasta los amigos de Sánchez de Prisa se están empezando a dar cuenta de que el camino se lo está cerrando el presidente, que la salida la tiene cada día más difícil, que lo de la condonación no la entienden ni los más arrecimos sanchistas, y que vuestrotiempo, por culpa de vuestros execrables pactos, la compra del Tc, la pelea con los jueces y el querer atar corto a los medios os acerca al final. Ay, Marichú, Marichú.