Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Ha sido para el PP una semana negra. La batalla la ha ganado Pedro Sánchez. Cuando se pone a la gente frente a su sentimiento humanitario y frente a la guerra, y esto lo tendría que haber aprendido la derecha desde aquel No a la guerra, la gente responde siempre en favor de la paz y de los Derechos Humanos. Pero esto al PP le cuesta comprenderlo cuando hay de por medio negocios, economía, dinero. La pela es la pela, que decían en Cataluña. Ante la pela no hay paz ni derechos humanos que valgan.
Declarando su admiración por el pueblo español cuando se moviliza por una causa humanitaria, como ocurrió con la guerra de Irak, a la que nos llevó Aznar, y como ha ocurrido ahora con el corte de la última etapa de la Vuelta en Madrid protestando por el genocidio de palestinos en Gaza, el presidente ha puesto al PP frente al espejo de sus contradicciones y lo ha partido en dos: los ayusistas y los demás. Ayuso, con sus planteamientos de extrema derecha, sus bulos y sus exageraciones, le ha vuelto a traquetear el sillón a Feijoo y, con Aznar, le han amedrentado y recordado que los que mandan en el PP no son los tibios demócratas sino los derechones de toda la vida. Que se ande con cuidado. De aquí a las elecciones, cualquiera sabe a lo que esos dos pueden llegar. Pedro Sánchez ha demostrado, una vez más, quiénes son los que verdaderamente mandan en el PP. Feijoo es un secundario en esta película.
Y ha demostrado también el presidente que existe la izquierda, que no ha muerto, que a pesar de sus divisiones absurdas hay causas que la movilizan, que la convocan y la aúnan. Esa es la senda buena, la que lleva a la unidad, la que produce la movilización de un gran sector del electorado. La izquierda existe, piensa, está ahí, a la espera de las causas justas. La izquierda, por eso, puede volver a ganar las próximas elecciones. Más del 80% de la gente –incluyendo un 70 % de votantes de derecha– han sabido, otra vez, estar en el lado bueno de la Historia. Esa es la población diana del PSOE y de la izquierda para las próximas elecciones, sean regionales o generales.
El PP andaluz, además, se ha mostrado como lo que es en realidad en su intento de prohibir las banderas palestinas en los colegios. Se han quitado el disfraz humanitario que se pusieron cuando lo de Ucrania, pero sin dar la cara, con órdenes verbales, no escritas. Lo que demuestra que la batalla cultural está ganada.
También te puede interesar
Lo último