Hoy en día todavía existe el reniego por decir que uno es de aquí. Ver por el Paseo de la Castellana de Madrid a militares, Reyes y demás autoridades a algunos les suena a casposo. Otros lo viven como si fuese la gran victoria civil. En este 12 de octubre uno tiene que reflexionar y dejar atrás de lo que siempre se habla en España. Aunque hayan pasado más años que Matusalén, seguimos con la matraca de rojos y azules. Lo que está claro es que vivimos en un Estado de bienestar creado por todos nosotros, los ciudadanos. El esfuerzo de una sociedad que, como siempre digo, está unida. Eso sí, a veces a nivel institucional o social no somos un ejemplo a seguir. Vemos al jefe de los jueces dimitir por no llegar a acuerdos, a un exjefe del Estado exiliado o a niñatos gritar por un balcón barbaridades. Podría seguir citando ejemplos que dan vergüenza a un país, pero hay una reflexión en la creo que nunca me equivoco: somos una sociedad empática en la que todos odiamos ver sufrir al prójimo. Tal y como está la cosa, ustedes me dirán que esto es muy bonito y me dirán que soy un iluso por creer que somos así. Pero piénselo y ejercítenlo en su día a día para los que vienen. Ser un buen ciudadano es la clave del éxito sobre todo en la democracia que vivimos. Tenemos que seguir creyendo en ella y no entrar en los populismos de ambas ramas que rompan todo lo que hemos construido. Como diría un buen coach: "tenemos querer un poco más lo que tenemos". En fin, que no nos de vergüenza decir que somos españoles. Nos gusta nuestra tierra a todos. No tenga vergüenza en pensarlo y gritar o emocionarse al escuchar el himno. En otros tiempos podría haber algún recelo, pero ahora somos maduros y sabemos lo que tenemos y lo que hemos conseguido. Nos encanta una rumba, un arroz, unas fiestas patronales, una Semana Santa o una Navidad (como diría Lola Flores). Cada uno lo hace a su manera, pero les aseguro que el que lo haga intentará que todas esas cosas sean lo mejor. Somos generosos y sabemos acoger como nadie al que viene de fuera. Así que no renieguen por ser de aquí, siéntanse orgullosos de pertenecer a una sociedad que nunca le dejará tirado en un portal.

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