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El 6 de diciembre de 1978 fue una fecha señalada en el calendario de veinticinco millones de españoles. Los mismos que tenían que ratificar con su voto en las urnas el proyecto de Carta Magna que había emanado de las Cortes Generales. El Congreso y el Senado ya habían hablado, ahora era el turno de los ciudadanos. La Carta Magna fue aprobada con casi el 88% de los votos. Quince millones de españoles dijeron “sí” a la Constitución. Y, de esta forma, nuestra joven democracia daba un paso de gigante, hacia su plena consolidación. Han pasado 47 años desde ese día. Nuestra Carta Magna se va haciendo mayor. Los derechos, las libertades, la prosperidad que trajo merece ser celebrados cada 6 de diciembre.
En cambio, me entristece profundamente escuchar discursos que suenan más a la España en blanco y negro que el de un país moderno y próspero en el que vivimos. Un país que ha sido y es pionero en derechos. Los mismos que defendemos para seguir siendo país.
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