Un relato woke de la extrema izquierda
Cosas que pasan
Son tantas y tan variadas que no entiendo, y tal es así que algunos días me levanto con una pereza descomunal y me cuesta ponerme en marcha. Simplemente por el hecho de tener que habitar este mundo tan raro y absurdo. Citaré un comportamiento cada vez más común con el que no puedo. Me refiero a los que tienen la necesidad de fotografiarlo todo. La gente tiene Instagram a reventar con imágenes muy pasajeras.
Lo de exponerse en redes sociales constantemente ya es el pan de cada día. ¿Y eso de abrazar a los árboles? No me digan que no tiene miga la cosa. Es la llamada arboterápia. El bosque de secuoyas en Cantabria es un lugar muy hermoso, con esos altísimos árboles. Hay tanta gente que los abraza que se lo están cargando. Eso sí, después de haber servido de terapia a los “abrazadores”. Esta modita de dar abrazos a los árboles es bastante ridícula. A lo mejor hay que probarlos. Eso sí con la cámara del móvil a punto…habrá que subir la foto. Faltaría más.
También te puede interesar
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
La ciudad y los días
Carlos Colón
Lo único importante es usted
Ciavieja
Las pensiones vuelven a subir