AntoniO RÍOS LUNA

El deportista lesionado

Las lesiones más frecuentes son las musculares

LESIÓN es una palabra maldita para cualquier deportista. Implica un frenazo en la progresión y preparación física pero también mental. En un contratiempo no esperado pero sí probable en todo el que hace ejercicio. ¿Quién no ha sufrido una lesión alguna vez? Las más frecuentes son las musculares, como en cualquier otra práctica deportiva. Otras no por menos frecuentes son menos importantes son las tendinitis. En cuanto a regiones anatómicas, las lesiones de rodilla se llevan la palma.

Para aguantar las consecuencias de una lesión, no estamos preparados. Puede sobrevenir de golpe y frustrar todo un buen período de preparación; sólo hay que ponerse en lugar de Gómez Noya, el triatleta gallego, firme candidato a medalla en Río, pero que no pudo participar por romperse la cabeza del radio y pasar por el quirófano.

La lesión es una parte del entrenamiento con la que tenemos que convivir los deportistas, ya sean populares o profesionales. Y debemos aceptarla para poder iniciar la recuperación, un segundo después de tener el diagnóstico. El pensamiento positivo ayuda a que haya una recuperación más precoz, y reduce la posibilidad de tener una recaída. Recuerdo el caso de una paciente, tuvo la mala suerte de excederse en el entrenamiento preparando su primera maratón. Demasiados kilómetros para un cuerpo al que no le ha dado tiempo a asimilarlos. Se provocó una lesión muscular a nivel de la musculatura glútea. Ha tenido un tiempo de recuperación de alrededor de 4 meses. Todo ese período que ha permanecido inactiva, dormía con la ropa con la que salía a correr y su familia le escondió las zapatillas porque cada vez que las veía se sumía en un llanto inconsolable, con crisis de ansiedad y casi inmersa en un depresión. La lesión acarrea un daño físico pero provoca un trastorno mental que nos pone a prueba. Siempre digo que la lesión saca lo peor de cada deportista pero, bien gestionado ese tiempo de recuperación puede hacer que uno vuelva más fuerte mentalmente que antes de la parada.

Cada deporte tiene unas lesiones que son más frecuentes que otras, debido a los gestos repetidos y a las exigencias físicas a las que sometemos a nuestros músculos y articulaciones.

En relación a los deportes, resumimos las más frecuentes:

-Fútbol: lesiones musculares; esguince de tobillo, lesiones de ligamentos de la rodilla, tendinitis de rodilla.

-Baloncesto: fractura de las falanges de las manos, esguince de tobillo, lesiones de ligamentos de la rodilla, tendinitis de rodilla.

-Correr: roturas fibrilares, fracturas por fatiga, periostitis, fascitis plantar, tendinitis de rodilla y del tendón de Aquiles.

-Ciclismo: dolor de espalda, tendinitis de rodilla, lesiones debido a caídas.

-Natación: tendinitis de hombro, dolor cervical y lumbar; tendinitis de la rodilla.

-Tenis y pádel: lesiones de hombro, columna lumbar, rotura fibrilar del gemelo y de la musculatura de las piernas, en general. Tendinitis de codo.

Diagnóstico y tratamiento

Diría que el 100% de los deportistas, al menos a nivel popular, hemos entrenado con algún tipo de dolor. Siempre hay alguna "molestia", sobrecarga o sensación extraña, a la que no prestamos mucha atención, y proseguimos con nuestro entreno. Eso no es una práctica recomendable, salvo que tengamos un profundo conocimiento de nuestro cuerpo y sepamos cuando una molestias es una tontería o cuando debemos parar para no agravarla.

Si hacemos ejercicio de forma regular, poseeremos la capacidad de analizar y conocer las señales que emite nuestro cuerpo, ya sean en forma de protesta ante un ejercicio intenso, provocando dolores musculares generalizados, tendinitis por los movimientos repetidos al realizar los mismo gestos como ocurre en el tenis al sobrecargar los codos, o en los deportes de salto, en las tendinitis de las rodillas.

Si el dolor o la molestia, nos obliga a parar y no podemos reanudar el ejercicio, debemos acudir al especialista, lo antes posible, para realizar una valoración de la situación actual, y si procede, solicitar las exploraciones complementarias oportunas. Cuando tengamos un diagnóstico y alcance de la lesión, nos podremos en manos del fisioterapeuta o recuperador para que intente revertir la situación creada con la lesión, tanto a nivel físico como mental. Es clave un ambiente de confianza en nuestra recuperación para poder afrontar los plazos con la cabeza fría y con la moral intacta para poder cumplir las expectativas que hemos depositado en la recuperación.

¿Cómo se previene una lesión?

Es importante que entrenemos por sensaciones. Ojo a los días en los que hemos dormido poco o mal, el cansancio nos golpea en la nuca y la regularidad en la alimentación ha brillado por su ausencia. Son días propensos a lesionarse.

Como médico primero y como corredor después, considero importante tener información acerca de lo que nos podemos encontrar en la práctica deportiva diaria. Esto nos puede ayudar a no subestimar las sensaciones desfavorables o a acudir al fisio o al médico lo antes posible para no agravar más una lesión.

Otro punto importante es la constancia y la regularidad en la actividad deportiva. Uno de los factores que provocan una mayor proprensión a lesionarse es la ocasionalidad en el deporte. Aquellas personas que no hacen ejercicio durante la semana, y se juegan el partidillo el fin de semana con los amigos. Ellos son carne de cañón. Para eso, es mejor no hacer ningún deporte. El hecho de someter a nuestro organismo, a una sobrecarga puntual pero máxima, un día a la semana, sin la conveniente adaptación al esfuerzo que provee el entrenamiento regular, va a suponer una lesión antes o después; ya sea de tipo muscular, una esguince de rodilla o de tobillo debido al cansancio o la fatiga y la falta de respuesta ante un giro inesperado, o simplemente, un esfuerzo brusco en forma de cambio de ritmo, donde nos quedamos "clavados".

El deporte es salud y vida, pero no a cualquier precio ni de cualquier manera. Todos sufriremos algún contratiempo en forma de lesión. Hay que estar preparado para cuando llegue y que sus consecuencias sean las menores posibles.

Consejos ante una lesión

1.-Diagnóstico lo antes posible.

2.-Tratamiento adecuado.

3.-Entrena otros aspectos que no involucren a la zona dañada

4.-Pensamiento positivo visualizando la recuperación.

5.-Readaptación y reinicio de la actividad PROGRESIVAMENTE.

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