El lanzador de cuchillos

El desfile

La legión es la niña de los ojos de los muy cafeteros. La gente critica a Pedro Sánchez por su ausencia

Nueve de la mañana. Salgo de casa para desayunar en el Sancho. Una riada de gente se dirige a la Plaza de Einstein, donde se ha instalado la tribuna. No saben –yo tampoco– que está petada desde las siete. En el bar me abrazo con José, el encargado, por el ascenso del Granada, y le pido un zumo de naranja. Serafín, el dueño, me informa de que ya es imposible acceder a la zona del palco. Lo saludo y marcho hacia Severo Ochoa, donde puede que todavía encuentre un hueco. En la esquina del hotel Center hay un sitio en cuarta fila. No busco más. Delante de mí, varias familias sentadas en taburetes portátiles desde las primeras luces del día, como harán las abuelas el jueves en la procesión del Corpus. Pego la hebra. Son de Córdoba, de Antequera, del Realejo; a mi izquierda, una pareja de Segovia. Apoyados en la valla de seguridad, un heavy cincuentón y sus hijas, vestidas con sudaderas negras de AC/DC. Igual son el Sherpa y su parentela.

Tenemos un altavoz a un par de metros. El tipo de la megafonía prueba el sonido leyendo repetidamente las primeras líneas del Capitán Alatriste. Literatura castrense para calentar la voz. Estamos en la sombra y hace incluso fresquito. La señora de delante se echa por encima una manta con la bandera de Puerto Rico. Me acuerdo de cuando fui con Mar a la parada boricua en Nueva York y nos dio la mano el alcalde Bill de Blasio. Ahora el que se acerca a saludar es Juanma Moreno, que reparte sonrisas entre los paisanos de su mujer –muy Letizia–, que le gritan “presidente, presidente”.

Empieza el desfile. El señor de Segovia se lo sabe todo: estos son los zapadores, ahora viene la Infantería de Marina, los de las boinas mostaza son los de la UME –“lo único bueno que hizo Zapatero”, apunta el joven de la derecha–. La legión –que ha venido sin cabra– es la niña de los ojos de los muy cafeteros. La gente critica a Pedro Sánchez por su ausencia. Como Manzanita. “Es normal; si prometió eliminar el Ministerio de Defensa”, comenta una chica con sarcasmo. “No está porque se ha ido a la cumbre europea a promocionarse para la OTAN”, replica el novio. “A estos actos nunca viene el presidente del Gobierno”, puntualiza un tercero, al que el resto mira mal. Otro: “El Falcon que pasó al principio seguro que iba a Moldavia a recogerlo”. Todos ríen. Cómo entiendo a Rajoy.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios