Dividir la feria

La impresión es que el ayuntamiento tiene miedo, miedo a que la feria de la noche se muera cada año un poco más, y solo busca soluciones que pueda ayudarles a no quedar como unos perfectos pitacos.

Desde hace años los ciudadanos les vienen anunciando que la de la noche pierde fuelle, que la del mediodía se crece con el tardear en los pub, y que ello hace que la noche solo funcione en la calle de los cacharricos o del infierno, un par de horas entre los cariñenas y los pinchos, y el mojito en la caseta de mi entrañable Amalia Román. Por cierto, ¿cuándo vais a cambiar las sillas? Creo que ya les ha llegado la hora a las pobres mías.

La idea que le han debido vender a la alcaldesa es celebrar la feria del mediodía también en el recinto ferial, vamos, simultanear entre la ciudad y la Vega de Acá. Poco tardó el presidente de los empresarios de hostelería en salir a decirle a la señora que eso llevaría a la división, y que la misma lo único que lograría es perjudicar a las dos.

Pedro tiene razón con lo de dividir la feria, pero debe pensar que esa división es la que viene buscando el ayuntamiento desde hace años. Rompamos al del mediodía, beneficiemos la de la noche, unamos las dos en la Vega y con pepinos a la del casco central.

Luego se atreven a decir que ellos vienen trabajando por el centro de la ciudad. Se nota lo mucho que les preocupa. Les hace falta una tormenta de ideas a los rectores, no sé lo sacarán de ella, llevan muchos años al frente de consistorio y no nos han dado una propuesta digna ni siquiera de estudio.

Todo pasa por cargarse la feria en la ciudad y unificar las dos en La Vega. No sé si le han dicho a doña María la temperatura que disfruta el recinto ferial a lo largo de las horas del mediodía. No estamos en abril o mayo, al recinto no llegan las brisas del Mediterráneo, que a esas horas son prácticamente nulas.

Las pocas casetas no todas tienen aire acondicionado, las de los jóvenes no quieren oír hablar de abrir a esas horas, sus clientes están durmiendo la moña de la noche anterior. Seguro que otras opiniones pueden llegar a la señora a favor y en contra de la unión. Si se siente con fuerzas, si es capaz, si tiene reaños, es la alcaldesa, una orden suya y la feria de la mañana desaparece del centro. Vamos, doña María, un poco de valentía. Lo mismo gana la partida y tenemos que reconocer que usted tenía razón. Por mi parte no dude de que lo haré.