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La Educación está dirigida hacia la formación íntegra de las personas, mediante una adquisición activa de conocimientos y valores. Digo activa porque ha de estar basada en un proceso de aprendizaje, en el cual se vaya practicando lo asimilado, contrastándose con el mundo que rodea al alumno, aplicándolo en la resolución de preguntas y cuestiones que éste le propone. Así irá asumiendo, e integrando en su personalidad, lo aprendido en el proceso educativo.
Los conocimientos adquiridos no deben estar relacionados solo con una serie de saberes sumativos, memorizados y repetidos cuando sean preguntados por el profesor, no debiendo ser la herramienta necesaria para completar el proceso de evaluación, pues la evaluación no es el fin último de la enseñanza-aprendizaje, sino un medio para verificar la correcta aproximación de la acción docente a los intereses y capacidades del alumnado. Se ha de buscar el desarrollo cognitivo pleno de la persona, formándola para que pueda desenvolverse en un mundo complejo y cambiante, aprendiendo las herramientas intelectuales, y saberes básicos, que le permitan acceder a las fuentes diversas de información, aprender por sí mismo, desechar aquello que no es relevante a sus intenciones, y poseer un espíritu crítico, que lo salve de mesianismos fanáticos, irrealidades y dogmatismos obtusos. Será así un individuo autónomo, fomentándose una sociedad fundamentada en la libre existencia, y una Comunidad participativa.
La enseñanza impartida ha de ir impregnada de un aprendizaje en valores, pues una educación sin valores genera monstruos, inmensos en conocimientos, ávidos de investigar y avanzar científicamente, pero deshumanizados. Para este tipo de personas las relaciones interpersonales están basadas en un complejo entramado de reglas, dirigidas hacia una funcionalidad superior al individuo, olvidando que es un ser portador de singularidades propias y creencias.
Pero ¿qué valores son aquellos que hay que introducir en el proceso educativo? Aquellos considerados universales y permanentes en la historia de la Humanidad, los cuales se reducen en uno: respeto.
Cuando se habla de respeto me refiero al relacionado con uno mismo, con la integridad física, moral y desarrollo pleno de la potencialidades de la persona. También respecto a la interrelación social, y al cuidado del entorno natural. Se consigue así ser más responsable, generoso y justo.
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