Escuchar a los abuelos

10 de diciembre 2025 - 03:07

Con el pelo veteado de canas y pasando de la setentona, si miro hacia atrás, me doy cuenta de que los momentos en los que aprendí y sentido crecer algo en mi interior no fueron las aulas ni en conferencias impartidas por grandes expertos. Más bien, fueron esos ratos tranquilos y casi mágicos en los que me sentaba a escuchar a mis abuelos, cuyas historias estaban tejidas con hilos de vida, experiencia y paciencia.

Esas conversaciones salpicadas de silencios cómplices, miradas profundas y mucha paciencia por parte de ellos, me ofrecieron enseñanzas que ningún libro, ningún Master, ni seminario alguno pudieron igualar.

Tal vez, escuchar sea, en el fondo, una forma de amar; porque quien escucha de verdad, sin juzgar, sin interrumpir, está regalando lo más valioso que tiene: su atención, su tiempo, su silencio.

Esta última aseveración podemos aplicarla a cualquier momento del día estando con otras personas.

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