La Feria de los Tontos

Entre los años 1843 y 1850 se construyó el Palacio del Congreso de los Diputados. Obra del arquitecto y paisajista Narciso Pascual y Colomer (Valencia, 1808-Madrid, 15 de junio de 1870) En general todo el mundo reconoce su fachada principal, especialmente las esculturas de los dos leones y la puerta de bronce dorado. Ornamentada con molduras donde destacan los dos escudos de armas reales. Y coronas de laurel rememorando la tradición grecolatina de la aspiración a la excelencia. Los leones nos recuerdan que el Parlamentarismo nació en el Reino de León en 1188. Ocupar un asiento curul, un escaño, en la sede arquitectónica de la soberanía nacional es una responsabilidad de servicio honesto a lo que somos; la Nación del pueblo español. Pero la realidad es siempre compleja. Las explicaciones simplonas y cainitas no son nunca de fiar. Don Miguel de Cervantes escribió en el Quijote “Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces”. Particularmente desde 2004, nuestra privilegiada grey del poder y la política profesional, nos están ofreciendo mucho de lo de “Y aún peor muchas veces”. Se han apoderado de nuestro Parlamento para encerrarnos en una feria para tontos. Nuestros hermanos de Hispanoamérica no se cansan de advertirnos. Especialmente los cubanos y venezolanos. “Vengan, vengan a la feria de los tontos. Ya comienza el circo pronto. Tenemos domadores, marionetas, magos y caretas. Vengan, vengan a la casa de los juegos donde se reparte el miedo. Y todos llevan una venda y un bastón de ciegos”. En estos días no dejo de escuchar las canciones del compositor, guitarrista, poeta y cantautor cubano Carlos Varela (La Habana, 11 de abril de 1963) En 2024 publicó el álbum Nada es como antes, donde encontramos la canción La Feria de los Tontos. Su letra, con la fuerza comunicadora que tienen la poesía y la música, explica el mal universal que es el totalitarismo. “Vengan, vengan a bailar con los payasos el pasito del fracaso. Regalando una sonrisa y vendiendo abrazos. Vengan para hacernos una foto. A todos nos volvieron locos. Esperando por un sueño, un sueño roto…Son tan mentirosos, jugando al acoso. Pero la tristeza no se esconde con cerveza…Tú sabes que no fuimos ni somos tramposos”. Por los leones de nuestro Congreso nos quieren imponer a las coimeras hienas nacionalistas. “Ni tu tragafuegos, ni tus dos leones nos van a callar, cabrones”.