Formación para un futuro sostenible

La crisis ambiental ya no es un problema del futuro. Está aquí, y afecta a nuestra salud, economía y calidad de vida. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua y la degradación de los ecosistemas nos indican que el modelo actual ha llegado a su límite. Ante esta realidad, crece la percepción social de que algo debe cambiar. Pero ¿quién liderará esa transformación?

Durante años, el compromiso ambiental fue visto como una postura idealista. Hoy sabemos que es una prioridad política, económica y social. La sostenibilidad ya no puede considerarse una opción, sino una necesidad. Y para construir un modelo más justo y resiliente, necesitamos formación rigurosa, acción decidida y ética profesional. Por ello, resulta difícil entender, llegando incluso a sorprender, como en plena emergencia climática, donde los titulares hablan de sequías, contaminación o pérdida de biodiversidad, una titulación como Ciencias Ambientales siga siendo, en muchos ámbitos, infravalorada y poco reconocida.

Dicha titulación, impartida en las universidades andaluzas entre las que se encuentra la Universidad de Almería, ofrece una formación multidisciplinar que combina ciencia, tecnología, derecho, ecología y gestión territorial. Sin embargo, y pese a su relevancia en contextos como el almeriense, donde escasez hídrica, desertificación y presión agrícola conviven, la figura del ambientólogo o ambientóloga sigue siendo poco reconocida fuera del ámbito especializado. Un ambientólogo o ambientóloga no es un activista improvisado, es un profesional preparado para actuar en múltiples frentes: administración, empresa, investigación, educación… Es quien puede traducir la complejidad ecológica en políticas públicas, estrategias empresariales o acciones ciudadanas concretas. Por ello, en una sociedad que parece haber perdido el rumbo, la sostenibilidad se convierte en el terreno donde todos los debates confluyen. No hay salud sin aire limpio. No hay justicia sin acceso equitativo a los recursos. No hay economía sin naturaleza que la sostenga. Por eso, impulsar la formación en Ciencias Ambientales no es una rareza académica, sino una apuesta por el futuro colectivo. Si usted tiene una hija, un hijo, una persona joven cerca que se pregunta qué estudiar, no descarte Ciencias Ambientales. El mundo necesita menos espectadores del desastre y más protagonistas de la transformación.