Metafóricamente hablando

El futuro tiene nombre de mujer

Crees en la magia, en las brujas, en la vida y en el futuro, porque el futuro tiene rostro de mujer

Cuando no tienes que esperar a que alguien te traiga la luna, porque hace años que eres tu quien pisa con fuerza su superficie. Cuando no eres la bella sirena que con sus cantos enloquece a los marinos, porque eres tú la capitana del barco, que surca los mares. Cuando no eres la dulce y abnegada Penélope, que tejiendo pacientemente, pierde su vida a la espera de que vuelva el díscolo marido aventurero, porque eres tú la que se va a descubrir el mundo que se esconde ante tus ojos. Cuando te cubres con la ropa que te gusta y no con la que pretenden ocultarte, o te la quitas porque sí, porque no tienes que darle cuentas a nadie. Cuando eres creadora, investigadora, química, científica o artista, o simplemente mujer, porque estás hecha a imagen y semejanza de Dios, en igualdad de condiciones que los hombres con los que compartes la tierra. Cuando enseñas, lees o escribes, te haces carne y reapareces ante un mundo que durante siglos te ha invisibilizado. Cuando todo eso ocurre, es que has cruzado desde la franja de tierra entre el Tigris y el Éufrates, para navegar por el rio de la vida del siglo XXI. En el principio de los tiempos fuiste madre, sacerdotisa, curadora, alquimista y filósofa, hasta que los hombres se calzaron las botas, y aprendieron a aplastarte con ellas. En un abrir y cerrar de ojos, pasaste de ser objeto de culto a esclava, soportaste la opresión, la incultura, la invisibilización y el desprecio, con estoicismo rabioso. Pero nadie te ha podido reducir, y resurgiste con fuerza renovada, porque eres inteligente y valiente, de manos fuertes y corazón de seda. Y se produjo la metamorfosis, estudiaste y competiste, y eres otra vez científica, escritora, sanadora, artista, científica, o simplemente mujer a secas. Hoy llenas Universidades, escribes novelas, libros de investigación, periodista en revistas de reconocido prestigio, diriges gobiernos y hospitales, pares y crias a tus hijos, cuidas de los demás y te amas, quieres ser más y llegar más alto, eres ambiciosa y crees en ti. Te enorgulleces de tus abuelas y de tu madre, pero no quieres ser como ellas, y aspiras a competir con tus nietas. Eres el eterno femenino, y a pesar de todo te sigue emocionando una puesta de sol, cuando un cielo ardiente tiñe de rojo la tierra. Crees en la magia, en las brujas, en la vida y en el futuro, porque el futuro tiene rostro de mujer, y no quieres que se celebre ningún día en tu nombre, porque tú eres todos los días de año y todos los nombres. PORQUE, MUJER TENÍAS QUE SER.

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