Gaza en el corazón

27 de agosto 2025 - 03:07

Si hoy es miércoles, será el llamado Día del Niño en la Feria. Los cacharricos estarán algo más baratos –tampoco tanto– y venderán tikets antes en la tarde. No mucho más es eso del Día del Niño. Ya se sabe que la pela es la pela y eso es lo único que importa. Vale, habrá que llevar a los niños hoy a la Feria, qué se le va a hacer.

En Gaza están muriendo niños de hambre y enfermedad. El genocidio que perpetra Israel allí, sometiendo a la población a la hambruna, según ha reconocido por fin la ONU, se ceba sobre todo en los niños. Niños, mujeres y viejos son víctimas primeras de todas las guerras. Bien lo saben los judíos, un pueblo que sufrió un holocausto a manos de los nazis y que ahora se muestra como aventajado alumno de sus antiguos verdugos. Siempre he creído en el derecho de Israel a existir. Pero nunca pensé que intentase conseguirlo a costa del sufrimiento de los niños palestinos.

En España también fuimos una vez, en la Historia, niños hambrientos. Fue durante y después de la Guerra Civil. Varias organizaciones internacionales vinieron a brindar apoyo humanitario a los niños. En Almería funcionaba la llamada Gota de Leche, que ofrecía alimento a madres y niños. Además, funcionaba la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja, cuya representación se arrogaba Adrian G. Phillips a pesar de las reconvenciones del CICR desde Suiza. Y llegaron, casi al final de la contienda, los Cuáqueros, una iglesia americana sin templos ni sacerdotes ni dogmas dedicada a la acción humanitaria en favor de los niños.

En Pechina, en el Cortijo Azul, instalaron lo que llamaban una Cantina –la nº 17–, o almacén de alimentos que traían de América y Europa. Lo explico en mi libro LA CASA AZUL (Punto Didot, 2014). Todos ellos, y muchas de las personalidades que vinieron durante la guerra –Hemingway, G. Orwell, N. Bethune, etc.–, cuando se fueron confesaron llevar a España en su corazón.

Hoy ya no existe aquel espíritu romántico. Muchas organizaciones internacionales operan en Gaza, pero el espíritu humanitario no ha calado en la gente, que se mantiene alejada de aquel conflicto mientras las escenas que diariamente sirven los telediarios ya no nos conmueven. Yo habría cambiado eso del Día del Niño en la Feria por un día de actividades de ayuda y concienciación para la exigencia de que la política libere del sufrimiento a los desgraciados niños gazatíes. Gaza en el corazón.

stats