Las hemerotecas

02 de agosto 2025 - 03:09

Alos políticos las hemerotecas les sientan a “cuerno quemao”. Y hay muy pocos que se salven. Lo hemos venido viendo en estos años en los cambios de opinión del presidente Sánchez, o en las declaraciones de la ministra andaluza, la sacaliña sevillana desde hacienda, María Jesús Montero, cuando decía: Ábalos o Santos Cerdán son unos compañeros del alma, grandes compañeros socialistas, honrados y por los que pongo la mano en el fuego. Y se quemó la señora. Pero miren por donde esa hemeroteca ha tocado también los bajos del presidente andaluz, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla. Hace algunos años ante un auditorio de la Cámara de Comercio, manifestó sobre en aquellos momentos el ministro de hacienda, Cristóbal Montoro: “Montoro, mi amigo, es un ministro imprescindible, competente, valiente, creíble. Un ministro que impone el interés general al interés particular. Dentro de unos años, cuando se analice el tiempo de Montoro al frente del ministerio, se hablará del acierto, la habilidad y la cordura de Cristóbal Montoro al frente de este ministerio”.

Al cabo de unos años es cierto que se habla de la habilidad de Montoro, pero a la hora de llevárselo crudo. Tuvo acierto, claro, el de que los euros solo fueran a sus bolsillos y a los de su cuadrilla. Era competente, quien lo duda, logró descabalgar a propios compañeros, antes de que estos le cortaran las alas. Lo más grande, querido presidente, es cuando dices de tu amigo: “que imponía el interés general al particular”. Aquí, reconoce que te pasaste un pelín. Puedes alegar que en aquellos días no sabías la que se te venía encima. Para ti estabas ante un ministro valiente, claro, a la hora de subirle los impuestos a los ciudadanos, mientras él se lo llevaba calentito. Lo de creíble imagino que para la gente del Pp, aunque algunos ya estaban recibiendo las investigaciones de su ministerio. La historia se conoció hace más de siete años, y el silencio cubrió como una manta lo que se estaba investigando sobre Cristóbal Montoro y sus presuntas corruptelas, ese amigo del que usted decía, señor Moreno, que era imprescindible, competente, valiente y creíble. Menos que no puso la mano el fuego por él, se la habría quemado, como le ocurre a su futura rival, María Jesús.

Pues sí, presi, pues sí. Alabó la trayectoria política de un hombre de su partido, es posible que no supiera lo de las mordidas que cobraba, pero sí sabía que nos estaba sacando a las familias lo que muchas no tenían. Y ahí, perdona, presidente, no te puedes esconder. Imagino que pagabas las mismas subidas de impuestos que el resto de los españoles, no creo que tuvieras privilegio alguno ¿o sí?

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