J. M. Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

La lealtad, una divisa en riesgo

Ningún Estado revela sus vulnerabilidades, porque lo hace más vulnerable, se ha hecho para congraciarse con ERC

El Gobierno no habría revelado que el presidente y la ministra de Defensa fueron espiados por medio de sus teléfonos móviles si, previamente, no se hubiera sabido que el CNI escuchó a algunos dirigentes independentistas, varios de ellos aliados del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ningún Estado publicita sus vulnerabilidades, porque lo hace más vulnerable. La rueda de prensa de Félix Bolaños, temprana y en festivo, no fue una cortina de humo, porque los hechos son ciertos, sino un intento de congraciarse con los independentistas y, en especial, con ERC. En su mismo dolor.

La cabeza de Paz Esteban, directora del CNI, puede ser entregada como la cabeza de Juan, en bandeja de plata, pero los chichos de Moncloa se han topado con la firmeza de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Paz Esteban es una funcionaria de una trayectoria muy amplia en el CNI, una mujer de Estado que ni es espía ni es militar. Claro que es sustituible, la dirección de los servicios de inteligencia es fungible, pero si cae por presión de ERC y Bildu se habrá confirmado la deslealtad del Gobierno con su propio país. No deja de ser paradigmático de esto que sea el PP, Ciudadanos y Vox quienes estén apoyando, junto a algunos ministros, a la directora del servicio español de inteligencia.

Los otros, el enjambre independentista, han supuesto en muchos momentos serias amenazas para la seguridad del Estado. Y a ellos, a los ERC, Bildu y los de Junts, se unen los ministros podemitas del Gobierno, cuyo compromiso con la democracia ha quedado revelado en su posición ante Rusia por la invasión de Ucrania.

Bajo una Constitución militante como la alemana, ni ERC ni Bildu ni las CUP habrían entrado en la comisión de secretos oficiales de la Cámara. El Constitucional alemán permitió la exclusión de la extrema derecha y de un partido radical de izquierdas en un organismo similar, aunque contaban con representación parlamentaria. Y en los ochenta ocurrió con Los Verdes.

El Partido Socialista Francés ha perdido su alma europeísta para ir coaligado con Mélenchon a las elecciones legislativas, sus recetas populistas son las mismas que las de Le Pen, pero proclamadas desde la extrema izquierda. Lo mismo puede ocurrir con el PSOE: perder el alma, porque éste siempre fue el más leal de los partidos con España.

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