
Antonio Lao
Almería: las obras y el caos de tráfico que no fue tal
León XIV era uno de los asesores del papa Francisco. Es americano, de Chicago, y ha estado 40 años en Perú, así que debe de conocer bien cómo es el pueblo llano. Su familia materna era española. Además de teólogo y filósofo, es matemático y deportista. Bien, todo esto está bien. Pero lo que mejor adorna la figura del nuevo papa es lo mal que ha caído entre el séquito trumpista. Tanto el vicepresidente Vance, extremista de derechas, como Steve Bannon, el ultraderechista que dirigió la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, se han manifestado contrarios al elegido por sus críticas a la salvaje política inmigratoria del actual gobierno estadounidense y sus arbitrarias deportaciones masivas, que tanto recuerdan las de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Vance y Bannon han llegado a decir que Robert Prevost es un falso norteamericano por no ser de su cuerda ideológica. Es típico de los fascistas: aquí, sin ir más lejos, se hablaba durante el franquismo de buenos y malos españoles, según fuese su ideología. Nadie espera de un papa que sea un revolucionario, claro que no. Pero sí que hable por los pobres, los marginados, los desplazados, los desfavorecidos por el sistema capitalista liberal. Y que hable por la paz, los derechos humanos y las libertades. Que sea un verdadero cristiano en el sentido original del término. El nombre elegido por el nuevo pontífice es, sin embargo, una llamada a la tradición de la Iglesia. León I, llamado el magno, fue aquel que, al decir de los historiadores católicos, detuvo a Atila en su marcha sobre Roma con su sola presencia carismática, año 452. El rey huno, tan carismático también, retrocedió, supersticioso, y se lanzó sobre Francia, como deseaba el obispo romano, donde sería finalmente derrotado. León III, por su parte, se declaró casi vasallo de Carlomagno, al que coronó emperador de los romanos el día de Navidad del año 800 en Roma. La coexistencia de los dos poderes, temporal y espiritual, sería en adelante motivo de grandes conflictos entre el papado y el imperio. Pero el mismo León XIV ha aludido con ese nombre a León XIII como su precursor. La encíclica de este, Rerum novarum –palabras con las que empieza: de las nuevas cosas–, es una defensa del proletariado surgido de la revolución industrial durante el siglo XIX frente a “los hombres ricos”. Deseemos toda clase de aciertos a León XIV. Lo tiene difícil
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