Lorenzo Belmonte

Hay nombres en esta Almería nuestra dignos de ser recordados, admirados, añorados y seguidos en lo que ha sido su trabajo por estas tierras. Nunca me olvidaré de algunas conversaciones llevadas a cabo en la Plaza de San Pedro con Juan del Águila. Sus palabras estaban casi siempre, por no decir siempre, dedicadas a la agricultura, a los hombres y mujeres que llegaban a cualquiera de las ventanillas de la entonces Caja Rural con el deseo de poder comenzar a crear la riqueza en la que se han convertido hoy nuestros campos. Junto a las necesidades de aquellas familias que se acercaban a él, don Juan tenía una gran preocupación por la escasez de agua que padecía nuestra provincia. Juan del Águila seguirá estando en el recuerdo de los almerienses, sin su lucha, ni Cajamar sería lo que ahora es, ni muchas familias podrían disfrutar de un buen estado económico como tienen.

Pero no solo tenemos que recordar lo que hizo Juan del Águila. Junto a él, otros muchos hombres trabajaron por la agricultura provincial. Hoy nos acercamos a la figura de Lorenzo Belmonte. El que Pulpí, su pueblo, lo haga hijo predilecto en vida me parece poco para lo que él se merece, pero me parece justo. No es solo Pulpí el que debe acordarse de don Lorenzo, toda la provincia debe agradecer al señor Belmonte el trabajo que ha venido realizando a lo largo de los años para que el agua llegue a nuestros campos. Fue de los primeros en luchar por los trasvases, de los que sabían la necesidad de que el Plan Hidrológico Nacional fuera una realidad, de los que lamentaron aquella decisión de derogarlo, de los que clamaron en el desierto político en el que se ha convertido nuestro país cuando de hablar del agua se trata.

Por unanimidad, la corporación de su pueblo le daba el reconocimiento merecido a don Lorenzo. Y desde aquí nuestra más que merecida enhorabuena. Y un agradecimiento, el que haya luchado como un jabato por esta tierra y sus necesidades. Si hubiéramos tenido unos políticos con la mitad del coraje que ha demostrado él en su lucha por el agua, nuestros campos no pasarían la sed que los agobia. Pero en ese apartado no hemos tenido suerte y así nos va. Almería se ha hecho grande en la agricultura pese a los políticos que hemos tenido durante estos años, solo gracias a hombres como Juan del Águila o Lorenzo Belmonte. No han sido los únicos, es cierto, y a todos habrá que ir agradeciendo el trabajo que han realizado. Hoy queríamos acercarnos a la figura de don Lorenzo, porque su pueblo, Pulpí, lo reconoce como hijo predilecto y bien merecido lo tiene.