El maestro de esgrima

A los 091 en Granada no se les llamaba los ceronoventayuno sino los cero o más propiamente, el grupo mítico

Alos 091 en Granada no se les llamaba los ceronoventayuno sino los cero o más propiamente, el grupo mítico. A José Ignacio Lapido, antaño y también ahora, guitarra y compositor del grupo ya se va dejando de llamar Lapido, como se autodenomina para los discos y le van llamando el maestro. El maestro ha editado su noveno u octavo (según se mire) disco de estudio en solitario y recoge laureles a donde va, laureles que también recoge con la resurrección de los cero, que ya no son los cero sino los 091 sin más y tampoco les dicen ya el grupo mítico. Es el momento en el que yo recordaría que el portador de los laureles solía ir diciéndole al vencedor, recuerda que eres mortal, recuerda que eres mortal y alguien tiene que decírselo mientras va en su engalanada cuadriga recorriendo escenarios por todo el país. Y las masas que alaban al maestro no son los únicos corifeos, a Lapido no hay medio que no le reclame para una entrevista sobre su reciente disco, hasta El País le dedica paginón. Algo que nunca hicieron con la banda mítica siempre surfeando entre el mito y el desinterés que tú, a base de una estudiada calidad logras cambiar. Pero quitándole el velo que deja entrever la estatua de Zeus, para los no adoradores de la vaca sagrada, disco a disco no se ha ido sino consolidando un pulcro estilo que suena siempre a lo mismo. Dónde está la pedazo de canción que llevo esperando desde décadas, qué hay aparte de una portada de matrícula de honor, por qué se fueron utilizado miserias de portadas en los primeros discos de los cero para pedazos de grandes canciones en el interior a montones. A mí se me atraganta tanto disco sin recordar ninguna melodía. Si lo único que quieres es que coreen canciones con referencias mitológicas no hagas canciones que suenan diferentes, como por ejemplo malos pensamientos, pero que nadie va a corear. Reconoce que después de luz de ciudades en llamas todo es peor, porque sí, porque eso sí que es un pedazo de canción que no paro de tararear. Y dónde están las demás en ocho o nueve discos. Vale, hay que comer todos los días y no se puede jugar a ser diferente si lo que quieres es que te pongan una corona de laurel en cada escenario pero cuando lleguen los idus de marzo y los malos augurios cierren el cielo para no dejar nunca de ver llovizna seguirás escuchando lo mismo, recuerda que tú no, pero los cero si eran inmortales si eran inmortales.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios